"Los premios Príncipe de Asturias van después del Nobel", según el director de su Fundación

Casi como los premios Nobel. Así definió el director de la Fundación Príncipe de Asturias, Graciano García, a los premios que cada año concede su fundación. Graciano García, ponente en la jornada Las Empresas y el Nuevo Régimen Jurídico y Fiscal de las Fundaciones: Hacia un nuevo mecenazgo, que se celebró ayer en el pabellón de la navegación de Sevilla. El director habló de su fundación, del Premio Príncipe de Asturias y de los premiados. "Los Premios Príncipe de Asturias están considerados los galardones más importantes del mundo después de los Premios Nobel, a pesar de que su d...

Casi como los premios Nobel. Así definió el director de la Fundación Príncipe de Asturias, Graciano García, a los premios que cada año concede su fundación. Graciano García, ponente en la jornada Las Empresas y el Nuevo Régimen Jurídico y Fiscal de las Fundaciones: Hacia un nuevo mecenazgo, que se celebró ayer en el pabellón de la navegación de Sevilla. El director habló de su fundación, del Premio Príncipe de Asturias y de los premiados. "Los Premios Príncipe de Asturias están considerados los galardones más importantes del mundo después de los Premios Nobel, a pesar de que su dotación es considerablemente inferior a la de éstos y a la de otros premios internacionales. Mientras que los Nobel, por ejemplo, otorgan premios cercanos al millón de dólares (unos 180 millones de pesetas), la dotación de los premios Príncipe de Asturias es de 50.000 euros (algo más de 8 millones de pesetas)". El director recordó a los andaluces que recibieron el galardón en Oviedo: María Zambrano, Antonio Domínguez Ortiz, Pablo García Baena, Luis Sánchez Agesta, Manuel Losada y Francisco Ayala. También resaltó el crecimiento de la Fundación que dirige. "Nació con un patrimonio de sólo once millones de pesetas y en la actualidad dispone de casi 16,5 millones euros", declaró. Una fundación que también ha ganado prestigio a pesar enfrentarse, según Graciano García, a "el mayor enemigo de la Fundación y de sus Premios que ha sido siempre esa carga negativa y pesimista que los españoles arrastramos desde hace siglos".