La fiscalía pide siete años de cárcel para una mujer por secuestrar a sus hijos y desobedecer a un juez

La Audiencia de Madrid celebrará el próximo martes, día 18, un juicio un tanto insólito. En el banquillo de los acusados se va a sentar una madre, Celia M. N., acusada de secuestrar a sus dos hijos y de desobedecer a una juez de familia cuando requirió a Celia para que entregase los menores al padre de los pequeños. La acusada, de 36 años y natural de Guinea Ecuatorial, se enfrenta a siete años de cárcel (seis por el secuestro de los hijos y uno por desobedecer al juez). El juicio contra Celia se celebrará en la Sección 23 de la Audiencia de Madrid.

Por esta negativa, y con el visto bue...

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La Audiencia de Madrid celebrará el próximo martes, día 18, un juicio un tanto insólito. En el banquillo de los acusados se va a sentar una madre, Celia M. N., acusada de secuestrar a sus dos hijos y de desobedecer a una juez de familia cuando requirió a Celia para que entregase los menores al padre de los pequeños. La acusada, de 36 años y natural de Guinea Ecuatorial, se enfrenta a siete años de cárcel (seis por el secuestro de los hijos y uno por desobedecer al juez). El juicio contra Celia se celebrará en la Sección 23 de la Audiencia de Madrid.

Por esta negativa, y con el visto bueno de la fiscalía, un juez de instrucción de Alcalá de Henares envió en marzo de 2001 a Celia a la cárcel, durante varias semanas, por su negativa a entregar a los hijos al padre, a quien la juez otorgó la guarda y custodia de los mismos después de que Celia los ocultase.

El fiscal cuenta que Celia, "con ocasión del derecho de visitas" que un juez le atribuyó para ver a sus hijos, se marchó con ellos, el 11 de junio de 2000, y no se los devolvió al padre, que era quien tenía asignada la guardia y custodia de los mismos. El matrimonio se había separado poco antes de estos hechos. La mujer se llevó a los niños y los tuvo con ella, sin el consentimiento del padre, durante dos meses.

Fue el padre de los menores quien informó al juzgado de la desaparición de sus hijos y del incumplimiento del régimen de visitas por parte de su ex esposa. El progenitor expresó incluso su temor de que les hubiese ocurrido algo a los niños. Durante la separación conyugal, la madre alegó supuestos malos tratos por parte del marido.

Según el escrito del fiscal, el 10 de noviembre de 2000 un juez de Alcalá de Henares, localidad de residencia de Celia, requirió a ésta para que devolviese los críos al padre, pero Celia se negó. Luego fue requerida judicialmente en otras dos ocasiones y la mujer volvió a desobedecer al juez.

En vista de sus reiteradas negativas, el juzgado decidió retirar a la acusada la patria potestad y, paralelamente, exigió que le informase sobre el estado y paradero de los niños. En el auto, la juez indicaba que ignoraba el paradero de los niños y si éstos "estaban vivos o muertos", pues hacía dos meses que se los había llevado la madre y quería saber dónde y cómo se encontraban. La mujer desobedeció los sucesivos requerimientos que se le hicieron en este sentido. Así las cosas, la juez informó a la madre de los delitos en los que podía incurrir si persistía en sus negativas a revelar el paradero de los niños. La mujer compareció ante la juez, pero se negó a decir dónde estaban. Fue entonces cuando la fiscalía intervino en el asunto y pidió prisión provisional para Celia, que fue acordada por un juez de instrucción de Alcalá de Henares.

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Maltratador

"El padre podrá ser un maltratador conyugal, pero ése es otro tema y ello no quita que tenga derecho a estar con su hijos y que incluso pueda ser un buen padre", destacaron fuentes judiciales la víspera de la detención e ingreso en prisión de la madre.

Antes de ir a prisión, Celia declaró en el juzgado que había enviado en un avión a los menores a Guinea, su país de origen, al cuidado de familiares suyos. El juzgado hizo indagaciones en los vuelos dirigidos a ese país, con Celia ya en prisión, y comprobó que el testimonio de ésta era falso. Y es que el aeropuerto de Barajas informó de que los niños no habían volado a Guinea en la fecha en que Celia había indicado a la juez.

Su ingreso en prisión generó protestas. Un grupo de personas se encerró en la parroquia de San Ambrosio, de Alcalá de Henares, para reclamar su libertad. Los encerrados enarbolaron panfletos en los que, además de pedir la libertad de Celia, exigían la regulación de los inmigrantes ilegales. La defensa de Celia ha llegado a decir en un informe que los problemas judiciales a los que se está enfrentando la madre de los menores se deben "al color de su piel".

Celia finalmente accedió, tras entrar en prisión, a presentar a los niños ante el juez y éste dispuso que quedasen a disposición de la Comunidad de Madrid el 30 de julio de 2001.

El juicio comenzará el martes en la Sección 23 de la Audiencia de Madrid, bajo la acusación de detención ilegal (secuestro) y desobediencia continuada a la autoridad judicial. El fiscal cree que no concurre ninguna atenuante en la actitud de Celia. No obstante, es previsible que al final del juicio se plantee una modificación a la baja de la petición de pena.

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