MÚSICA

Nostalgia del canto puro

Nadie ha ocupado su espacio. La "cantante del alma" cumple 80 años el 1 de noviembre, sin que se vislumbre en el horizonte a alguien que pueda tomar el testigo de una forma de cantar como la suya: profunda, espiritual, sencilla, delicada, fiel hasta las esencias más recónditas a las indicaciones del compositor. Ahora vive retirada de los escenarios, en intimidad, con la esperanza en todo caso de hacer una integral de la obra lírica de Toldrá. Las grabaciones discográficas siguen, no obstante, manteniendo vivo el recuerdo de su arte inconmensurable. Fruto de su presencia permanente en el corazó...

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Nadie ha ocupado su espacio. La "cantante del alma" cumple 80 años el 1 de noviembre, sin que se vislumbre en el horizonte a alguien que pueda tomar el testigo de una forma de cantar como la suya: profunda, espiritual, sencilla, delicada, fiel hasta las esencias más recónditas a las indicaciones del compositor. Ahora vive retirada de los escenarios, en intimidad, con la esperanza en todo caso de hacer una integral de la obra lírica de Toldrá. Las grabaciones discográficas siguen, no obstante, manteniendo vivo el recuerdo de su arte inconmensurable. Fruto de su presencia permanente en el corazón de muchos admiradores de su arte exquisito es el dato revelador publicado el pasado septiembre con los 100 primeros cuestionarios que bajo la denominación Cada uno con su música mensualmente recopila la revista de Radio Clásica entre compositores, intérpretes, organizadores y aficionados distinguidos. En el apartado de voces de mujer, Victoria de los Ángeles figura en primer lugar por encima de María Callas, Teresa Berganza, Elisabeth Schwarzkopf, Montserrat Caballé, Kathleen Ferrier, Renata Tebaldi y un largo etcétera.

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La voz de Francia, titulaba hace más de diez años Le Figaro un artículo en el que Jean Macabiès afirmaba : "Vergüenza para nuestras blandas memorias llenas a tope de la tamborileante gloria de una Callas y del culto a la Schwarzkopf, por haber ocultado los cuarenta años-belleza ofrecidos por Victoria de los Ángeles. Nadie en la historia del canto ha ofrecido al público del mundo entero tanta música francesa, de Fauré a Ravel, de Duparc a Debussy". Ha sido efectivamente la voz de Francia pero también la voz de España. ¿Quién se ha acercado como ella, con tanta gracia y sutileza, a nuestro repertorio lírico? Un disco en cuatro compactos como Cantos de España (EMI Classics) demuestra su magisterio incomparable, su apabullante sensibilidad. "Lo que el arte nos comunica", dijo Victoria en el discurso de agradecimiento a la entrega de la medalla de oro de Bellas Artes en 1992, "aunque lo haga por medio de los sentidos corporales, está siempre dirigido al espíritu. La pintura, la escultura, la danza, la arquitectura, el teatro, la literatura, la música, la poesía, a pesar de su diversidad, son uno y se corresponden entre sí, vengan de donde vengan: de lugares cercanos o lejanos, de épocas actuales o remotas".

Natural de Barcelona, hija de malagueño y zamorana, Victoria de los Ángeles ha simultaneado a lo largo de su carrera la ópera con las canciones. Entre sus joyas del teatro lírico se encuentra en un lugar destacado, cómo no, su sensual, dulce y voluptuosa Manon, de Massenet: lo francés, una vez más. Y para muestra un botón, en el repertorio español es excelsa su Salud de La vida breve, de Falla; en el italiano, su humanísima Mimí de La bohème, de Puccini, y en el alemán su delicada Elisabeth de Tannhäuser, papel que cantó en la verde colina en los festivales de Bayreuth de 1961 y 1962. De todo ello hay ediciones discográficas.

"¿Qué te ha dado el canto?", le preguntaba su amigo Octavio Aceves en un libro de conversaciones con grandes damas. Y Victoria de los Ángeles respondía: "Una forma de vivir de dentro hacia fuera, mirando internamente para transmitir una búsqueda de mundos nuevos, una mayor comprensión; la oportunidad de estar con los demás, de viajar, la sensación de ser alguien, no en el sentido banal, sino en el de la profundización de la existencia". Esta filosofía de la vida se funde a las mil maravillas con su concepción del canto. Victoria acompaña, Victoria consuela, Victoria conmueve, Victoria comparte. Es, verdaderamente, un ángel. Un ángel que ha sufrido mucho, y todo eso se nota.

Victoria de los Ángeles ha buscado en su peregrinaje artístico cotidiano otras compañías: desde las poético-literarias de Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Cernuda o Rilke, hasta las pictóricas de, por ejemplo, Ramón Gaya. Buenas compañías, desde luego, para inspirar una manera única de interpretar. Radio Clásica la recordará los cinco sábados de noviembre en el programa El fantasma de la ópera que dirige y presenta Rafael Banús a partir de las siete de la tarde. Salud, Margarita, Desdémona, la Condesa de Las bodas de Fígaro, Mimí, Butterfly, Elisabeth y, por supuesto, Manon volverán a resucitar en la inteligencia y desgarramiento de esta cantante ejemplar que el sábado llega a los 80 años. Hay que ver, 80 años, sin que decaiga un instante la generosidad, la belleza, la música en estado puro. Por ello, Victoria, muchas felicidades y, sobre todo, infinitas gracias.

La soprano española Victoria de los Ángeles.EFE

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