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Dominios propios

DISPONER DE UN DOMINIO propio empieza a ser común entre los navegantes españoles. Aunque es difícil registrar un dominio .es (exige ciertos condicionamientos legales, además de ser bastante más caro), hacerse con un dominio .com, por ejemplo, es realmente sencillo.

Para ver cómo se registra uno, vamos a utilizar uno de los muchos servicios que hay. En general, la mecánica es similar en todos.

Lo primero, lógicamente, es reservar el dominio. Y no es una cuestión trivial, ya que a partir del momento de darse de alta, ésa será la imagen de la web. Elegido el nombre, podemos e...

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DISPONER DE UN DOMINIO propio empieza a ser común entre los navegantes españoles. Aunque es difícil registrar un dominio .es (exige ciertos condicionamientos legales, además de ser bastante más caro), hacerse con un dominio .com, por ejemplo, es realmente sencillo.

Para ver cómo se registra uno, vamos a utilizar uno de los muchos servicios que hay. En general, la mecánica es similar en todos.

Lo primero, lógicamente, es reservar el dominio. Y no es una cuestión trivial, ya que a partir del momento de darse de alta, ésa será la imagen de la web. Elegido el nombre, podemos entrar en la página de dominios, para comprobar que no está siendo utilizada por otros.

También se elige el periodo de tiempo por el que se quiere registrar. Periodos más cortos ofrecen la posibilidad de no estar atado y poder cambiar cada cierto tiempo. Mientras que con reservas a más años, se está protegido de terceras personas con intenciones poco claras y de la competencia.

Si está ocupado, hay que elegir otro nombre. Si no lo está, basta con hacer clic sobre el que se desea y pulsar sobre Continuar compra. A continuación, hay que rellenar los datos del futuro propietario. Una vez completado, se llega a la ventana de verificación de datos y pago.

Hecho esto, el registro está completo. Sólo queda configurar los servicios, pero no se puede hacer hasta que el dominio esté activo. Tarda unos cinco días en concederse.

Ya activo, hay que configurarlo en el Panel de Control. Al introducir el usuario y la contraseña, aparecen varias opciones: cambiar el nombre de usuario, contraseña, o los detalles de contacto. Asimismo, y ésta es una de las partes más importantes, se accede a redireccionar la web y el correo electrónico. En lo que se refiere a la web, esto significa que al introducir en el navegador la dirección del dominio, éste nos llevará a donde realmente tenemos nuestras páginas.

Por ejemplo, suponiendo que se tienen ya creadas unas páginas en un servidor llamado XXX, si se redirecciona el dominio creado a esas páginas, hará que todo aquel que introduzca la dirección del nuevo dominio sea enviado automáticamente a las páginas albergadas en el servidor XXX.

Igual ocurre con el correo electrónico.

En servicios como Lycos, se pueden crear varias cuentas de correo virtuales del tipo nombre@midominio.com, y cada vez que se reciba un correo a esta dirección será reenviado a la que el propietario del dominio especifique.

Esto permite tener un dominio propio sin necesidad de hacer un desembolso adicional en espacio web ya que dichas páginas pueden estar albergadas en un servidor gratuito.

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