Más de tres empresas se interesan por Pickman
El consejero de Empleo, José Antonio Viera, confirmó ayer que hay contactos iniciales con más de tres empresas que están interesadas en comprar la fábrica Pickman la Cartuja en Sevilla, si bien precisó que todavía no hay nada concreto.
Viera explicó que hay contactos con empresas para que adquieran la fábrica de loza sevillana, cerrada desde la pasada primavera por el empresario Álvaro Ruiz de Alda, quien ha comunicado a los trabajadores y a las administraciones que no tiene intención de reiniciar la actividad.
Viera afirmó que la Junta aplaudiría que una empresa española o, incl...
El consejero de Empleo, José Antonio Viera, confirmó ayer que hay contactos iniciales con más de tres empresas que están interesadas en comprar la fábrica Pickman la Cartuja en Sevilla, si bien precisó que todavía no hay nada concreto.
Viera explicó que hay contactos con empresas para que adquieran la fábrica de loza sevillana, cerrada desde la pasada primavera por el empresario Álvaro Ruiz de Alda, quien ha comunicado a los trabajadores y a las administraciones que no tiene intención de reiniciar la actividad.
Viera afirmó que la Junta aplaudiría que una empresa española o, incluso mejor, andaluza se hiciera cargo de Pickam y destacó que se trata de una factoría con futuro y que, por tanto, es un "proyecto interesante" para un futuro comprador.
En este sentido, José Antonio Viera señaló que la marca es "innegociable, está en el ámbito del patrimonio empresarial y los principales acreedores son los trabajadores". Precisamente, ayer, el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan Ignacio Zoido, expresó la disposición del Gobierno a ceder las instalaciones y la maquinaria de Pickman a su futuro comprador, pero puntualizó que primero deberá negociar con sus titulares, la familia Ruiz de Alda.
El conflicto de Pickman se inició a principios de febrero cuando Rumasa, perteneciente a Patrimonio del Estado, ejecutó la garantía hipotecaria que tenía sobre los terrenos de la fábrica sevillana, lo que llevó a su propietario, Álvaro Ruiz de Alda, a despedir a 132 trabajadores con el argumento de un cambio de titularidad en la empresa sevillana.