VISTO / OÍDO

El jurado y el señor

Los conservadores detestan el jurado: es natural; los progresistas no saben qué pensar: es natural. Los crímenes de Málaga con la condena de Dolores Vázquez por el jurado la usan contra esa institución. Hay que pensar en los errores judiciales desde el principio de los siglos de los señores, y por los jueces de hoy, para rebatir el asunto. El conservador cree que todo poder viene de Dios y desciende sobre el señor en el patio (cour, court: corte) dirimiendo pleitos de palurdos: mandaba matar y meter la cabeza en una jaula. Juicios de Dios. La idea del jurado es democrática, antes de la ...

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Los conservadores detestan el jurado: es natural; los progresistas no saben qué pensar: es natural. Los crímenes de Málaga con la condena de Dolores Vázquez por el jurado la usan contra esa institución. Hay que pensar en los errores judiciales desde el principio de los siglos de los señores, y por los jueces de hoy, para rebatir el asunto. El conservador cree que todo poder viene de Dios y desciende sobre el señor en el patio (cour, court: corte) dirimiendo pleitos de palurdos: mandaba matar y meter la cabeza en una jaula. Juicios de Dios. La idea del jurado es democrática, antes de la violación de esa palabra: los iguales juzgan a sus iguales. Sin inspiración divina pueden equivocarse menos. Todo lo divino es equívoco. Nunca un "tribunal popular" : la doctrina escrita y no escrita de ellos es sinónimo de criminal.

No entro en la realidad del jurado porque no la sé. Oigo a muchos profesionales de la justicia renegar de ellos: para juzgar hay que tener conocimientos profundos de las leyes, y experiencia de las gentes. Los más claros de entre ellos reniegan, también, de los jueces jóvenes que están decidiendo sobre vidas y haciendas cuando no tienen experiencia. Todo ello es un argumento. Tampoco estoy seguro de la experiencia: no lo estoy porque llevo mucha acumulada, y a veces me engaña. Pero otros me hablan de la corrupción de la justicia. No de la económica, la de cobrar por enjuiciar de un modo, la de prevaricar: sabemos que existe por los jueces que han sido juzgados, y a veces encarcelados. La corrupción es invisible y la ignora quien la sufre: espíritu de clase, concepto propio de la sociedad, resabios religiosos, política. Zapatero va a romper, si se atreve, el pacto por la justicia: cuantos más rompa y más sea el intérprete y definidor de su propio partido, mejor. Su camino hacia el centro, hacia la burguesía, le puede inclinar a que la renovación de la justicia se limite a un asunto de tener los juzgados limpitos y sus funcionarios mejor pagados. Claro que está bien. Pero algunos creemos más en el fondo que en la forma. El caso de las chicas de Málaga, que me incita también a la furia interna, es siniestro: veo el horror de la denunciante, que no para, y el pánico a la cárcel de la denunciada. No estoy seguro de que sean razones contra jurado: no es peor que los señores.

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