Dos nuevos ataques elevan a 87 las bajas de EE UU en Irak

Bush pide a la comunidad internacional 50.000 millones para la reconstrucción

Irak vivió ayer una nueva jornada de violencia. La muerte de tres soldados norteamericanos en dos ataques en Bagdad y Ramadi, localidad situada a unos cien kilómetros al oeste de la capital iraquí, y el reconocimiento ayer por parte del mando militar de EE UU de siete bajas en una emboscada ocurrida el viernes en Faluya elevan a 87 el número de bajas sufridas por el Ejército norteamericano desde que el pasado 1 de mayo el presidente George W. Bush declarase oficialmente el fin de las hostilidades.

El más grave de los incidentes se produjo en la cárcel de Abu Greib, a unos 30 kilómetros ...

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Irak vivió ayer una nueva jornada de violencia. La muerte de tres soldados norteamericanos en dos ataques en Bagdad y Ramadi, localidad situada a unos cien kilómetros al oeste de la capital iraquí, y el reconocimiento ayer por parte del mando militar de EE UU de siete bajas en una emboscada ocurrida el viernes en Faluya elevan a 87 el número de bajas sufridas por el Ejército norteamericano desde que el pasado 1 de mayo el presidente George W. Bush declarase oficialmente el fin de las hostilidades.

El más grave de los incidentes se produjo en la cárcel de Abu Greib, a unos 30 kilómetros al oeste de Bagdad, donde un ataque con morteros costó la vida a dos policías militares y causó heridas a otros 13. La prisión de Abu Greib, un vasto complejo penitenciario que en tiempos de Sadam Husein servía como centro de ejecución de presos políticos, alberga en la actualidad a unos 500 prisioneros iraquíes.

Casi al mismo tiempo, otro soldado estadounidense moría al estallar una bomba al paso de su vehículo por Ramadi, uno de los vértices del llamado triángulo suní, donde es más encarnizada la resistencia a las tropas de ocupación en Irak. El mando militar de EE UU reconoció también ayer la muerte el pasado viernes de siete soldados durante una emboscada contra el vehículo en el que viajaban a su paso por la ciudad de Faluya.

Mientras se suceden los ataques contra sus tropas, la Administración de Bush solicitó ayer a la comunidad internacional que se prepare para "compartir con Estados Unidos la carga que supondrá la reconstrucción de Irak". El subsecretario de Estado norteamericano, Alan Larsen, explicó durante la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se celebra en Dubai que "los costes subirán a 70.000 millones", de los que Washington va a aportar 20.000 millones.

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