Reportaje:

Cuatro días enigmáticos

Misterio sobre las vacaciones estivales de Chirac

Las vacaciones sientan bien a todo el mundo, pero ¿ocurrió algo extraño durante el asueto estival de Jacques Chirac? Parte de la prensa francesa no deja de preguntárselo a la vista de que el presidente ha vuelto de vacaciones hecho un toro. Un día se las tiene tiesas con el emperador de Estados Unidos, al siguiente la emprende con la Comisión Europea y entretanto se sumerge en la política interior del país.

Puede que esta rentrée no sea más que una novedosa estrategia de comunicación. El caso es que diversos medios dudan de la versión oficial, según la cual Chirac y su muj...

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Las vacaciones sientan bien a todo el mundo, pero ¿ocurrió algo extraño durante el asueto estival de Jacques Chirac? Parte de la prensa francesa no deja de preguntárselo a la vista de que el presidente ha vuelto de vacaciones hecho un toro. Un día se las tiene tiesas con el emperador de Estados Unidos, al siguiente la emprende con la Comisión Europea y entretanto se sumerge en la política interior del país.

Puede que esta rentrée no sea más que una novedosa estrategia de comunicación. El caso es que diversos medios dudan de la versión oficial, según la cual Chirac y su mujer permanecieron del 2 al 19 de agosto en North Hatley, un pueblo canadiense de 773 habitantes, tan bonito como aburrido. Cambio radical para un amante de la buena vida, los sitios exóticos y las playas cálidas, en las que otros años aprovechaba para ligar bronce antes de volver al trabajo.

Todavía más raro: el diario Libération apunta que llovió mucho en la región donde Chirac pasó sus vacaciones, pese a lo cual reapareció tan bronceado o más que de costumbre. Los guiñoles de Canal Plus lanzaron la hipótesis de un lifting presidencial y el ultraderechista Jean-Marie Le Pen sugirió un grave problema de salud. Tampoco falta el rumor de un hijo "secreto" del presidente. La cara de Chirac fue escrutada con particular atención durante su primer viaje por Francia tras las vacaciones, pero, para decepción general, ni presentaba huellas de cirugía plástica, ni su actitud denotaba otra cosa que una forma envidiable para tener 70 años de edad.

El diario Le Monde presenta algunos pequeños descubrimientos; al parecer, Chirac se ausentó cuatro días del pueblo canadiense donde se le suponía de asueto. Según el alcalde de la localidad en cuestión, el presidente francés se marchó cuatro días antes de lo previsto. Claude Chirac, la hija del presidente y su principal consejera de Comunicación, sostiene que sus padres permanecieron todo el tiempo en el pueblo en cuestión.

¿A qué vienen tantos dimes y diretes? Los abonados al misterio buscan explicaciones al hecho de que Chirac no moviera una ceja durante las semanas de la ola de calor, en que murieron 15.000 personas. El enigma es el aislamiento del presidente respecto a la realidad de un país que no había sufrido tantos muertos en agosto desde la Segunda Guerra Mundial. Muchos piensan que ya nada será igual. El presidente ha dado la impresión evidente de abandonar a sus compatriotas cuando el sistema sanitario del país quedaba fuera de combate.

Jacques Chirac, el jueves en Berlín, observado por Raffarin (izquierda) y Gerhard Schröder.ASSOCIATED PRESS

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