Reportaje:

La psicología del mar

Los deportistas de Mundovela destacan la navegación como un medio de superación personal

"La navegación es un medio de superación personal". Lo dice con conocimiento de causa María de Andrés, la joven de 20 años recién cumplidos, quien en este momento figura como la mejor española de su clase en las competiciones del mundo de vela olímpica que se están celebrando en la bahía de Cádiz.

Participa en Mistral, una modalidad en la que la regatista, sobre una tabla de poco más de tres metros de eslora, se desliza sobre las olas gracias al impulso del viento en una vela.

"Sobre la tabla, en competición, el único sentimiento que hay es el de superación y de elegir una estrat...

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"La navegación es un medio de superación personal". Lo dice con conocimiento de causa María de Andrés, la joven de 20 años recién cumplidos, quien en este momento figura como la mejor española de su clase en las competiciones del mundo de vela olímpica que se están celebrando en la bahía de Cádiz.

Participa en Mistral, una modalidad en la que la regatista, sobre una tabla de poco más de tres metros de eslora, se desliza sobre las olas gracias al impulso del viento en una vela.

"Sobre la tabla, en competición, el único sentimiento que hay es el de superación y de elegir una estrategia que te permita pasar al contrario", explica María en Puerto Sherry, una de las sedes del campeonato, mientras el viento de levante hacía silbar los mástiles de las embarcaciones en tierra.

Si embargo, asegura que es en la navegación libre, "cuando se está a solas con el mar", es cuando se desata verdaderamente la adrenalina: "Lo que pide la tabla es ir cada vez más rápido. Me lo paso muy bien en ese momento y hace que merezca la pena todo el esfuerzo hecho en los meses anteriores".

Los regatistas visten mayas de licra con sofisticados instrumentos de medición de viento. En la marina seca, pasan las horas impregnando de cera el casco de sus embarcaciones para que se deslicen de manera más rápida. La mayoría de ellas están construidas en fibra y metales ligeros. Son el fruto de avanzados y costosos trabajos de diseño.

Sin embargo, el deporte de la vela no tiene por qué ser exclusivo de una élite. A pesar del alto coste de los equipos, muchos jóvenes andaluces, alguno de ellos participantes en Mundovela 2003, han logrado un sitio en el mapa de la competición gracias a las escuelas de aprendizaje que, cada vez en mayor número, desarrollan actividades formativas. "A partir de este momento", explica la monitora de una de las escuelas de El Puerto de Santa María (Cádiz) que pasea por las dársenas de Puerto Sherry, "todo depende de las condiciones, el esfuerzo y la capacidad de sacrificio personal".

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Efectivamente, la voluntad personal juega un papel importante en la competición de alto nivel. El regatista sevillano Curro Manchón asegura que ha sido sometido en los dos últimos meses a un régimen de vida condicionado por el mar. "Esperábamos viento flojo, de manera que tuve que perder hasta cinco kilos en las últimas semanas para ser más ligero sobre la vela". Finalmente, el pronóstico no se ha cumplido. El gran protagonista está siendo el fuerte viento de levante. "A pesar de ello, y aunque nadie esperaba nada de mí, lo he hecho bastante bien", dice orgulloso de su actual quinta plaza.

Manchón, quien formará parte del equipo olímpico español en los Juegos de Atenas, habla mientras le hacen una cura en el pie izquierdo. Su piel está en carne viva por las rozaduras sufridas durante la competición de la mañana.

El presidente de la Federación Andaluza de Vela, Ángel Ruiz García, está ronco. "Es por el viento y por las reuniones de trabajo", se disculpa. Ruiz García tiene un punto de vista más pragmático respecto a los valores del mundial de vela: "Nos están siguiendo en todo el mundo. Esto trae futuro económico y actividad empresarial y eso es quizás lo más importante, en el fondo".

En el universo de la vela también hay viejos marinos que hoy acumulan conocimiento por experiencias pasadas. Nicolás Ferry es uno de ellos. A pesar de las facilidades y seguridad que su apellido vinatero le ofrecía, de joven sintió la voz del mar y salió a dar la vuelta al mundo, en solitario, en un velero. Hoy dirige una oficina de regatas en Puerto Sherry y desde la sala de prensa sigue la marcha de las pruebas. Nicolás no se lo cuenta a casi nadie, pero aún recuerda las noches de luna llena en el Atlántico. "Su brillo reflejado en el mar es tan fuerte que tienes que ponerte gafas de sol para poder ver, y eso no se olvida". El mar de Nicolás es distinto al de María y Curro, pero es el mismo mar.

Por la mañana, de incógnito, llegó a un hotel de El Puerto el príncipe de Dinamarca. Mantendrá una reunión con el equipo olímpico de su país para dar ánimos y, de paso, saldrá a navegar por la bahía. La organización le pide que hable con los medios de comunicación, pero de momento el príncipe "está ocupado".

El campeonato del mundo de vela olímpica se desarrollará en la bahía de Cádiz hasta el día 24. Desde tierra, la costa noroeste de El Puerto y las playas de Valdelagrana y Levante son los mejores emplazamientos para seguirlo.

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