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Pedro Almodóvar endulza 'La mala educación'

La céntrica calle de Ciutadans, de Pineda de Mar (Barcelona), recuperó ayer el aspecto que lucía en los setenta. Coches y motos de aquella época ocuparon la calzada; el buzón de Correos volvió a ser gris; la bandera española lo rodeó de nuevo, y el escaparate de la siempre concurrida pastelería Mallol se llenó de dulces "de los de antes". Toda esta operación de maquillaje con tintes nostálgicos se debía al rodaje de la nueva película de Pedro Almodóvar, La mala

educación. El director manchego, que empezó a rodar en junio, lleva ya varias semanas en la comarca costera del ...

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La céntrica calle de Ciutadans, de Pineda de Mar (Barcelona), recuperó ayer el aspecto que lucía en los setenta. Coches y motos de aquella época ocuparon la calzada; el buzón de Correos volvió a ser gris; la bandera española lo rodeó de nuevo, y el escaparate de la siempre concurrida pastelería Mallol se llenó de dulces "de los de antes". Toda esta operación de maquillaje con tintes nostálgicos se debía al rodaje de la nueva película de Pedro Almodóvar, La mala

educación. El director manchego, que empezó a rodar en junio, lleva ya varias semanas en la comarca costera del Maresme grabando escenas de su filme. Empezó en Alella, pasó luego por El Masnou y estos días recala en Pineda de Mar, donde se localiza sólo una de las secuencias.

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En la histórica pastelería Mallol, decorada con elementos modernistas y con 117 años de vida, las modernas neveras desaparecieron ocultas bajo planchas de madera y otros elementos escenográficos. En las estanterías, la repostería de diseño dio paso a viejas cajas de galletas Birba y envoltorios antiguos de turrones El Lobo. Y en el escaparate reaparecieron los bollos de nata cuya misión es evocar recuerdos en los personajes de la historia, protagonizada por Gael García Bernal, Fele Martínez, Javier Cámara y Alberto Ferreiro. "Sólo nos pidieron que preparáramos estos bollos, pero habitualmente ya los horneamos, así que no ha sido ningún problema", explicaba Carme Bou, responsable de la pastelería junto a su marido, Carles Illas Mallol.

Almodóvar descubrió el local a través del gremio de pasteleros de Barcelona. Buscaba una pastelería antigua y de unas dimensiones suficientes para dar cabida a su equipo, formado por más de 80 personas. Muchas de ellas llegaron el lunes, para preparar el escenario, pero no el director, que irrumpió ayer. Hasta que hizo acto de presencia, los propietarios contemplaban sorprendidos el ajetreo de l

os del

cine. La tienda era un constante entrar y salir de decoradores, pintores, carpinteros y otros técnicos. "Y todo para rodar una sola escena", comentaba Carme. El equipo de Almodóvar ha encontrado en la pastelería un asesor inesperado en el hijo de los dueños, que es seminarista y ha aportado su opinión sobre algunos de los elementos religiosos que se usan para decorar la escena. En la calle, numerosos curiosos echaban una mirada al interior de la pastelería para ver en acción al director estrella del cine español.-

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