CINE

Enrique Cerezo restaura el viejo cine español con nuevos sistemas digitales

La técnica elimina arañazos, puntos negros y zumbidos

Una pulcritud sorprendente se ha apoderado de Calabuch o Balarrasa, filmes acostumbrados a los arañazos, balanceos de cámara y otros defectos producto de la suciedad acumulada en los rollos de 35 mm.

La empresa Cherry Towers, integrada en el Grupo Enrique Cerezo, se dedica a la restauración de su enorme fondo fílmico, el mayor del mundo en manos de una sola persona. Cherry Towers empleó un ordenador con dos gigas de memoria RAM y dos terabytes de espacio en el disco duro. "Destaca por su gran estabilidad, imprescindible si tenemos en cuenta que cada fotograma en alta defin...

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Una pulcritud sorprendente se ha apoderado de Calabuch o Balarrasa, filmes acostumbrados a los arañazos, balanceos de cámara y otros defectos producto de la suciedad acumulada en los rollos de 35 mm.

La empresa Cherry Towers, integrada en el Grupo Enrique Cerezo, se dedica a la restauración de su enorme fondo fílmico, el mayor del mundo en manos de una sola persona. Cherry Towers empleó un ordenador con dos gigas de memoria RAM y dos terabytes de espacio en el disco duro. "Destaca por su gran estabilidad, imprescindible si tenemos en cuenta que cada fotograma en alta definición equivale a siete megas, lo que, trabajando a 24 fotogramas por segundo, obliga a que el ordenador sea muy potente", explica Carlos López, director técnico de Cherry Towers.

Tras la limpieza física del negativo, se efectúa el telecinado de alta definición, la filmación del negativo, mediante una cámara diminuta, para pasarlo de los 35 mm originales a formato vídeo (HD CAM). A 24 imágenes por segundo, el proceso tarda lo que dura la película. La resolución de imagen resultante es de 1.900 píxeles por 1.080 líneas, casi el doble de lo que requieren las televisiones.

Tras someterse a una minuciosa corrección de color, en una etapa que se conoce como colorimetría, el filme ya está dispuesto para pasar a la fase crucial: la restauración, en paralelo e independientemente, de la imagen y del sonido.

Arreglos programados

En "modo automático", como explica López, el equipo se encarga de quitar los puntos y las rayas superpuestos sobre las imágenes, de estabilizar los planos que botan ligeramente de arriba abajo, de eliminar las variaciones o parpadeos de luz, de suprimir el grano... Un trabajo preprogramado, mediante un menú en el que para cada parámetro hay que decidir entre tres variables (alto, medio, bajo) en función de la densidad de cada defecto.

Los problemas suelen venir cuando el ordenador no discrimina entre, por ejemplo, un punto negro y un pendiente, y elimina elementos de la propia filmación. Aquí empieza el modo

manual de visionado completo a la búsqueda de estos gazapos, en el que para restablecer lo perdido se sigue un método similar al de Photoshop para añadir elementos.

En esta fase se solventan los habituales saltos de imagen, producto de la ruptura del rollo de película. Para ello, entre fotograma y fotograma se intercala uno en negro y se le ordena a la máquina que cree, mediante una media de las dimensiones de las imágenes del fotograma anterior y el posterior, uno nuevo que evite que nuestra vista perciba esos saltos.

Con la digitalización del sonido y la eliminación de sus defectos, como los zumbidos de fondo, sólo falta crear la interactividad del DVD de Alta Definición (los menús de usuario) y ya está listo para su comercialización: Cien años de oro del cine español. D

os millones y medio de fotogramas restaurados, pertenecientes a 20 películas, tras dos años de trabajo.

El fotograma después de haber sido restaurado.

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