Hallado el cadáver de una mujer maniatada

La fallecida, de 64 años, presentaba signos de violencia y su vivienda estaba revuelta

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía hallaron en la mañana de ayer el cuerpo sin vida de Luisa Trueba Chala, de 64 años, atado de pies y manos y con señales de violencia, en su casa del número 102 de la calle de Moncada, en el distrito de Villaverde. El Grupo V de Homicidios, que se ha hecho cargo de las investigaciones, a falta del informe de la autopsia, ha señalado que se trata de un homicidio. La vivienda de la fallecida presentaba signos evidentes de haber sido revuelta. La mujer podía llevar muerta tres o cuatro días, según fuentes policiales.

La muerte de Luisa Trueba Chala no ...

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Agentes del Cuerpo Nacional de Policía hallaron en la mañana de ayer el cuerpo sin vida de Luisa Trueba Chala, de 64 años, atado de pies y manos y con señales de violencia, en su casa del número 102 de la calle de Moncada, en el distrito de Villaverde. El Grupo V de Homicidios, que se ha hecho cargo de las investigaciones, a falta del informe de la autopsia, ha señalado que se trata de un homicidio. La vivienda de la fallecida presentaba signos evidentes de haber sido revuelta. La mujer podía llevar muerta tres o cuatro días, según fuentes policiales.

La muerte de Luisa Trueba Chala no es la primera de estas características que se produce en Madrid en lo que va de año. Otra similar ocurrió el Viernes Santo (18 de abril), cuando María Iribarren, de 97 años, fue hallada muerta tras ser maniatada y amordazada en su domicilio, en el número 71 de la calle de Ayala (distrito de Salamanca). Varios vecinos señalaron entonces que minutos antes de que fuera encontrada muerta la anciana, una mujer acudió al inmueble vendiendo ropa y pidiendo limosna. Se trataba de una mujer morena de pelo largo de unos 35 años. El grupo de Homicidios se hizo cargo de las investigaciones y todavía no hay ninguna persona detenida por este caso.

El 10 de junio se registró un caso similar en el distrito de Ciudad Lineal, cuando una septuagenaria, María Eugenia C. C., fue amordazada también por una mujer de entre 30 y 40 años que entró en su domicilio para robar. La criminal la emprendió a golpes con un objeto contundente de hierro y la amordazó. Además le introdujo un pañuelo en la boca y le arrebató los objetos de valor que tenía en la vivienda. La mujer logró desatarse y avisar a su hermana, que a su vez alertó a la Policía Municipal. La víctima fue trasladada a un hospital ya que supuestamente sufría fractura de tibia y peroné.

En los tres casos coinciden las mismas circunstancias: una mujer de mediana edad que vende ropas y joyas, las víctimas son ancianas y que fueron golpeadas reiteradamente y de manera brutal y, por último, la agresora las amordazara y las maniata. También en los tres casos el domicilio estaba revuelto y faltaban los objetos de valor, en especial las joyas.

Vendedora de joyas

Una vecina del número 102 de la calle de Moncada, en el distrito de Villaverde, asegura que en la mañana del miércoles una "mujer de pelo largo moreno y con un jersey negro" llamó a su puerta y le dijo que era vendedora de joyas.

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Según fuentes de la policía, la fallecida podría llevar muerta tres o cuatro días, aunque ninguno de los residentes del edificio escuchó gritos o peleas en la vivienda del 1º C durante la semana.

Una vecina del mismo rellano en el que vivía Luisa fue la que avisó a la policía de que algo extraño pasaba en la casa de la fallecida, al comprobar que todas las luces de su vivienda llevaban varios días encendidas.

María del Carmen, cuya casa está encima del piso donde se halló el cadáver, asegura que desde el lunes por la mañana no había vuelto a ver a Luisa y que el miércoles notó un fuerte olor "como a cadáver" en el salón de su vivienda que le hizo pensar que algo grave había ocurrido.

Los residentes del inmueble coinciden en que Luisa era una vecina "un poco rara", porque no hablaba con casi nadie y que no recibía visitas. Vivía sola en su casa desde que murió su madre hace siete años. Luisa era soltera y no tenía más familia que dos hermanos con los que casi no mantenía contacto, según los vecinos.

Una de las pocas amigas con quien se relacionaba Luisa en el edificio explicó que "era muy buena pero hablaba poco" porque arrastraba una fuerte depresión. Esta misma vecina sostiene que "iba al psicólogo todas las semanas" cuando comenzó a sufrir depresiones por la muerte de su madre y la pérdida de su trabajo en un laboratorio farmacéutico quince días después.

Algunos vecinos del inmueble, en el que hay 44 viviendas, se quedaron sorprendidos ayer cuando se enteraron de la muerte de Luisa, una mujer enferma de aspecto débil y que visitaba con mucha frecuencia el ambulatorio del barrio.

Con la muerte de Luisa Trueba Chala, el fallecimiento del presunto delincuente, Amador L. G., y el de María S. M. a manos de su marido en la noche de ayer, son ya 63 los homicidios ocurridos en la Comunidad de Madrid en lo que va de año.

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