OPINIÓN DEL LECTOR

Esperando plaza

Desearía sugerir al Instituto Municipal de Deportes que modifique el sistema de adjudicación de plazas en los polideportivos municipales, que obliga a los aspirantes a tener que aguardar fila durante toda una noche, y con ello nos ahorren ridículas e innecesarias molestias. Bastante soportamos ya los ciudadanos con aceptar que sólo haya plazas para unos pocos afortunados.

No estamos hablando de conseguir entradas para una final de Liga. Se trata de administrar un bien público escaso, la posibilidad de utilización de las instalaciones deportivas municipales. Propongo, por ejemplo, un sor...

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Desearía sugerir al Instituto Municipal de Deportes que modifique el sistema de adjudicación de plazas en los polideportivos municipales, que obliga a los aspirantes a tener que aguardar fila durante toda una noche, y con ello nos ahorren ridículas e innecesarias molestias. Bastante soportamos ya los ciudadanos con aceptar que sólo haya plazas para unos pocos afortunados.

No estamos hablando de conseguir entradas para una final de Liga. Se trata de administrar un bien público escaso, la posibilidad de utilización de las instalaciones deportivas municipales. Propongo, por ejemplo, un sorteo, que aún con sus inconvenientes, sería infinitamente más civilizado. En el sistema actual se fija una fecha para hacer las solicitudes, a partir de las 8.30 y las plazas se adjudican siguiendo el orden de un listado ¡que ha sido elaborado espontáneamente por los vecinos que han pernoctado en la calle!

¿Qué hace la gente? Pues plantarse a la puerta del polideportivo desde la tarde anterior y elaborar una lista en la que apuntan a sus hijos y a los de los tres o cuatro con los que van a turnarse para guardar fila toda la noche. Y ya tenemos el espectáculo tercermundista de decenas y hasta cientos de ciudadanos pasando la noche a la intemperie.

Como el control de la lista depende de la voluntad de los ciudadanos, se presta a todo tipo de picaresca. Recientemente fui de los desafortunados que, habiendo llegado a una fila a las cuatro de la madrugada, ya me quedé sin plaza para mi hijo.

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