La oligarquía de los partidos
Con frecuencia consulto el Diccionario de Uso del Español de María Moliner, todo un clásico. Si miro la palabra oligarquía, la define como: "Organización política en que el poder es ejercido por un grupo limitado o una clase social dirigente". Y se me enciende la luz rápidamente. Parece como si las últimas elecciones municipales fueran el reflejo del afianzamiento oligárquico de los partidos. Se ha constatado este afianzamiento en una política de alianzas, poco clásica, poco asentada en programas y objetivos y muy interesada en el reparto de parcelas de poder. A esto se le viene llamando "pact...
Con frecuencia consulto el Diccionario de Uso del Español de María Moliner, todo un clásico. Si miro la palabra oligarquía, la define como: "Organización política en que el poder es ejercido por un grupo limitado o una clase social dirigente". Y se me enciende la luz rápidamente. Parece como si las últimas elecciones municipales fueran el reflejo del afianzamiento oligárquico de los partidos. Se ha constatado este afianzamiento en una política de alianzas, poco clásica, poco asentada en programas y objetivos y muy interesada en el reparto de parcelas de poder. A esto se le viene llamando "pactos antinatura".
Claro que este concepto y práctica de la oligarquía poco tiene que ver con el concepto de democracia. Concepto profundamente rico y que expresa los deseos de igualdad entre todos los humanos. También en el ejercicio del poder. La democracia implica el respeto más profundo a la soberanía popular.
Lo que ha pasado en mi ciudad, Sant Feliu de Llobregat, me ha llevado a estas reflexiones. Un acuerdo espurio (PSC, PP, ERC, CiU) ha arrebatado la alcaldía a la fuerza más votada (ICV) y ha mandado a la oposición al grupo que ha contado con el mayor respaldo democrático de la ciudadanía, y con él a todos sus votantes. ¿Es esto una práctica oligárquica? Sinceramente creo que sí. Que estos grupos no nos hablen ni de ética, ni de defensa del bien común, ni del interés general.