Ferrero y Conchita Martínez alcanzan la tercera ronda
Su mejor resultado en Wimbledon ya lo ha igualado. Para un campeón de Roland Garros eso no es mucho. Pero Juan Carlos Ferrero se clasificó ayer para la tercera ronda de Wimbledon superando con autoridad al francés Nicolas Escudé, un verdadero especialista en pistas rápidas y cuartofinalista en la catedral en 2001, y demostró que puede ir todavía mucho más lejos. Se impuso por 6-7 (5-7), 6-3, 6-3 y abandono al sufrir su rival una lesión en el aductor izquierdo tras sufrir un resbalón.
El partido resultó una buena prueba de fuego para el tenista español, que aspira a convertirse en...
Su mejor resultado en Wimbledon ya lo ha igualado. Para un campeón de Roland Garros eso no es mucho. Pero Juan Carlos Ferrero se clasificó ayer para la tercera ronda de Wimbledon superando con autoridad al francés Nicolas Escudé, un verdadero especialista en pistas rápidas y cuartofinalista en la catedral en 2001, y demostró que puede ir todavía mucho más lejos. Se impuso por 6-7 (5-7), 6-3, 6-3 y abandono al sufrir su rival una lesión en el aductor izquierdo tras sufrir un resbalón.
El partido resultó una buena prueba de fuego para el tenista español, que aspira a convertirse en Wimbledon en el número uno del mundo. Tras una fácil primera ronda, el enfrentamiento con Escudé se planteaba al menos como complicado, dadas las características de su juego: un buen saque y un juego de ataque notable. La situación se embarulló más todavía cuando, tras dominar los juegos iniciales, acabó cediendo la primera manga en un desempate que llegó a controlar por 4-1.
La imagen de campeón
Sin embargo, allí surgió la verdadera imagen del campeón que Ferrero lleva dentro. Lejos de acobardarse, el valenciano levantó la cabeza y volvió a mirar desafiante a su adversario. Le plantó cara en todo momento y acabó imponiendo la mayor calidad de su juego. Escudé sintió la presión, falló algunas voleas impensables en un jugador de ataque y su juego fue decayendo a medida según Ferrero implantaba el suyo.
Cuando se produjo la lesión, ya hacia el final de la tercera manga, el partido estaba prácticamente sentenciado. Escudé se fue porque lo tenía todo perdido y no quiso arriesgarse. Y Ferrero salió de la pista central con los brazos levantados y esperando ya a su próximo rival, el armenio Sagis Sargsian, que eliminó de forma sorprendente al estadounidense James Blake (26º).
Para Conchita Martínez, en cambio, alcanzar la tercera ronda no debería suponer ningún reto. La aragonesa ha sido campeona (1994), dos veces semifinalista y otra cuartofinalista en la catedral. Pero las lesiones la apartaron de la élite mundial y la relegaron a la 40ª posición. Ahora, ya con 31 años, vuelve a contar con su juego. Está ahí, con su potente drive, con su revés cortado, con un saque algo mejorado y con su estrategia.
Con estas armas desarboló por completo a la austriaca Barbara Schett, la 50ª del mundo, y no le dio ninguna opción (6-2 y 6-4) en su camino hacia la tercera ronda de Wimbledon, en la que se enfrentará a la rusa Anastasia Myskina, 10ª cabeza de serie.
"Me levanté mucho mejor de mis lesiones", confirmó la aragonesa, 13ª mundial, que sufrió problemas en la muñeca y un aductor en su primer partido y precisó incluso de asistencia médica en la pista. "Sigo una terapia de hielo y antiinflamatorios. Pero me siento muy a gusto en este torneo". Ya es la única española superviviente, tras la eliminación ayer de Arantxa Parra, que ganó dos juegos a la rusa Elena Dementieva, 15ª cabeza de serie. El torneo no ofreció sorpresas relevantes.
Hoy volverán a la competición los tres representantes de la última generación. Tommy Robredo, cuartofinalista en Roland Garros, se enfrentará al estadounidense Andy Roddick, quinto cabeza de serie. Feliciano López jugará ante el brasileño Flavio Saretta, que eliminó sorprendentemente al argentino Agustín Calleri. Y Rafael Nadal, el más joven jugador en alcanzar la tercera ronda desde el alemán Boris Becker en 1984, tendrá un duro partido frente al tailandés Paradorn Srichaphan, 12º cabeza de serie. Éste será su último partido antes de entrar en la segunda semana del torneo.