La vuelta al campo más triste ante la hinchada más fiel



En cuanto el Celta se distanció en el marcador y los transistores llevaron noticias de la derrota del Valencia, se desató en Balaídos el ritual de la euforia: bufandas agitadas, la ola, la Rianxeira... Demasiada crueldad para la Real Sociedad y sus 8.000 seguidores, que encajaron la fiesta del Celta como un gancho en el hígado. El éxito de los celestes, la solidaridad con la decepción blanquiazul, su valiente reacción... Una ensalada de emociones que anoche hizo un poco más grande a la afición de la Real Sociedad....

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En cuanto el Celta se distanció en el marcador y los transistores llevaron noticias de la derrota del Valencia, se desató en Balaídos el ritual de la euforia: bufandas agitadas, la ola, la Rianxeira... Demasiada crueldad para la Real Sociedad y sus 8.000 seguidores, que encajaron la fiesta del Celta como un gancho en el hígado. El éxito de los celestes, la solidaridad con la decepción blanquiazul, su valiente reacción... Una ensalada de emociones que anoche hizo un poco más grande a la afición de la Real Sociedad.

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