Los transportistas barajan subir un 20% sus tarifas si crecen los peajes en Francia

Las empresas vascas de transporte de mercancías calculan que la aplicación de un nuevo peaje a los camiones por circular por las autovías de Francia y Alemania puede aumentar sus costes "en torno al 20%", por lo que "necesariamente" tendrían que "repercutir ese incremento" a sus clientes, afirma Arantxa Arocena, secretaria general de Guitrans, la patronal del transporte de Guipúzcoa. Este sector advierte de que no permanecerá "de brazos cruzados" si finalmente el Gobierno del país vecino aprueba el cobro de un canon a los camioneros, similar al que Alemania comenzará a aplicar a partir del pró...

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Las empresas vascas de transporte de mercancías calculan que la aplicación de un nuevo peaje a los camiones por circular por las autovías de Francia y Alemania puede aumentar sus costes "en torno al 20%", por lo que "necesariamente" tendrían que "repercutir ese incremento" a sus clientes, afirma Arantxa Arocena, secretaria general de Guitrans, la patronal del transporte de Guipúzcoa. Este sector advierte de que no permanecerá "de brazos cruzados" si finalmente el Gobierno del país vecino aprueba el cobro de un canon a los camioneros, similar al que Alemania comenzará a aplicar a partir del próximo agosto, que supondrá el pago de 15 céntimos de euro por kilómetro recorrido.

"En el supuesto de que Francia adopte la misma decisión, al tratarse de un país de paso obligado hacia Europa, estamos obligados a subir inmediatamente el precio de nuestros servicios", asegura Arocena. La Confederación Española de Transportes de Mercancías (CETM) apoya esta medida porque el nuevo gravamen supondría un gasto adicional para las empresas de 220 millones de euros anuales. Esta organización calcula que diariamente cruzan la frontera un promedio de 25.000 camiones. El transporte y la logística suponen el 12% del PIB vasco y el 67% del tráfico se realiza por carretera.

Francia debatirá en breve la aprobación del canon en sus autovías, hasta ahora gratuitas, y destinar estos fondos -unos 7.500 millones durante 15 años- para mejorar otras infraestructuras de carreteras y ferroviarias. Podría establecer el impuesto a partir de 2006 y está por decidiir si lo aplica sólo a los camioneros extranjeros o también a sus nacionales.

Arantxa Arocena considera que el nuevo peaje en las autovías francesas y alemanas supondrá "un sobrecoste fijo para el servicio de los transportistas" que deberán aplicar a sus clientes. La reponsable de Guitrans se queja por las "continuas trabas" que sufre el sector "ahora con el peaje, antes por la limitación de las horas de conducción y después por la subida del impuesto sobre hidrocarburos".

"El transporte se encuentra en una situación muy comprometida y si estas medidas se aprueban, nos veremos obligados a parar", advierte Arocena, con el fin de "dar un toque de atención" a los representantes políticos. En este sentido, asegura que tanto el Ministerio de Fomento como la CETM están "radicalmente en contra" del nuevo peaje.

Los transportistas elevarán su protesta a la UE por lo que consideran un decisión "contraria a la cohesión europea y la libre circulación de mercacías y vulneradora de los principios fundamentales del Tratado de Schengen", afirma Arocena. La patronal del transporte considera que las "decisiones unilaterales" adoptadas por algunos Estados miembros exigen "un pronunciamiento de la Comisión Europea", a la que reclaman la aprobación de "una directiva europea que armonice los criterios" por el uso de las autovías. "En el marco de la UE deben darse decisiones homogéneas y comunes para todos los Estados", añade.

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La aprobación de una tasa para los camiones por transitar por las autopistas francesas y alemanas "resta competitividad a las exportaciones del País Vasco, Cataluña y el Levante". La asociación de transitarios Ateia afirma que los márgenes de beneficios de los transportistas son "muy reducidos", por lo que ya no pueden "asumir más pluses" sin aumentar sus tarifas.

También los transportistas autónomos del sindicato Hiru son partidarios de trasladar los nuevos costes al cliente, aunque desconfían de la patronal porque estas decisiones "nunca se han cumplido", como sucedió con "el incremento del 10% aprobado en octubre de 2000 tras tres días de huelga por la subida del gasóleo", recuerda Javier López de Robles.

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