Desde el Pacífico

¿Por fin la era de la colaboración en línea?

¡OLVÍDESE DEL EMAIL Y DE LA MENSAJERÍA instantánea! El modo de comunicación preferido de los amantes ilegítimos, de los policías discretos y de los ejecutivos de diferentes empresas que quieren trabajar juntos en un mismo proyecto es un programa llamado Groove (una palabra con significados múltiples que se puede traducir por ranura, rutina o placer intenso). Su éxito se debe a una estructura P2P (peer-to-peer en inglés) descentralizada y a la encriptación automática que no requiere intervención por parte de los usuarios.

Uno no puede usar Groove individualmente. Tras bajar...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

¡OLVÍDESE DEL EMAIL Y DE LA MENSAJERÍA instantánea! El modo de comunicación preferido de los amantes ilegítimos, de los policías discretos y de los ejecutivos de diferentes empresas que quieren trabajar juntos en un mismo proyecto es un programa llamado Groove (una palabra con significados múltiples que se puede traducir por ranura, rutina o placer intenso). Su éxito se debe a una estructura P2P (peer-to-peer en inglés) descentralizada y a la encriptación automática que no requiere intervención por parte de los usuarios.

Uno no puede usar Groove individualmente. Tras bajarme el programa lo probé con una colega que vive en Los Ángeles. Creó un "espacio de trabajo"(workspace, en inglés) virtual al que me invitó a través de un mensaje de correo electrónico, permitiéndome acceder de manera instantánea a unos documentos que se inscribieron a la vez en su disco duro y en el mío. Así, se puede escribir a cuatro manos (o a 100). Abrió un texto escrito en Word que apareció al mismo tiempo en mi pantalla y en la suya. Luego modificó el título en su ordenador, y lo ví reflejado en el mio. Agregué un comentario que apareció en ambas pantallas. Así empezó una sesión de trabajo en línea que, a diferencia del chat, los participantes no intervienen de manera simultánea sino por turnos.

Los participantes de Groove se escogen mutuamente y así el espacio virtual creado está protegido de cualquier intervención externa
El éxito de Groove se debe a una estructura P2P descentralizada y a la encriptación automática que no requiere ninguna intervención por parte de los usuarios
Más información

Los participantes pueden navegar juntos por la Red. Cuando alguien accede a una página, esta aparece en todas las pantallas del grupo. Además, pueden comunicarse a través de un sistema propio de mensajería electrónica, email y comunicación por voz. Pueden además seguir trabajando cuando no están en línea. Las modificaciones son añadidas automaticamente cuando se vuelven a conectar. Los múltiples medios utilizables y el acceso en tiempo real a las modificaciones que cada uno aporta permiten una verdadera colaboración.

Groove cuenta con varios programas: desde la gestión de proyectos hasta el ajedrez. Desarrolladores externos también pueden agregar su oferta a la plataforma. "Al principio de Internet pensábamos en conectar ordenadores. Ahora conectamos a personas", explicó Ray Ozzie, presidente de Groove y creador de Lotus Notes. Para lograrlo hay que repensar la tecnología.

El email es hoy en día la forma preferida de comunicación por Internet. Pero sufre dos grandes problemas: el exceso de "ruido" (spam) y la ausencia de confidencialidad que lleva las empresas a aconsejar a sus empleados que no escriban nada por ese medio que temerían ver en la portada de un periódico. "Es necesario integrar confianza y seguridad a la tecnología", estima Ozzie. Su respuesta es una arquitectura celular "esencialmente descentralizada, que trabaja en la periferia de la Red".

Groove ha sido adoptado por Hewlett-Packard y los laboratorios Pfitzer entre otros. El Comite Interamericano contra el terrorismo de la OEA lo utiliza para coordinar las actividades de sus 34 miembros. También lo utilizan profesores que quieren promover más interactividad en su enseñanza. Dentro de los usos no previstos hay que señalar el de escolares enamorados que intercambian mensajes de amor a espaldas de las autoridades educativas o los empleados que pueden (ya sea entre ellos o con el exterior) evadir la mirada inquisidora del responsable informático de su empresa.

La combinación de una arquitectura P2P y de la encriptación automática resulta atractiva. Los participantes se escogen mutuamente y el espacio virtual así creado está protegido de cualquier intervención exterior. En las empresas este tipo de protección proviene de la instalación de un cortafuegos. Pero hace difícil cualquier colaboración con el exterior. La encriptación de los mensajes resuelve el problema al suprimir la centralización. "Ya no hay ni interior ni exterior", explica Ozzie.

La implantación de la seguridad a nivel celular no puede sustituir las soluciones centralizadas favorecidas por las corporaciones. "Hace falta una mezcla de sistema centralizado y descentralizado", estima Ozzie para permitir una colaboración "a la vez lógica y heterogénea".

Archivado En