Música visual

De excepcional cabe calificar este concierto de los veteranos 3 D y Daddy G, acompañados por un buen elenco de voces, un sonido de calidad y un espectáculo audiovisual absolutamente impresionante. El grupo británico, que presentaba en nuestro país las canciones de su último disco, 100th window, consiguió uno de esos extraños conciertos en los que la conjunción de elementos produce resultados que rozan la magia. Resulta que la banda lleva a dos personas que, en la pared de atrás del escenario, van buscando a tiempo real determinado tipo de datos, como cuántas personas mueren de hambre o ...

De excepcional cabe calificar este concierto de los veteranos 3 D y Daddy G, acompañados por un buen elenco de voces, un sonido de calidad y un espectáculo audiovisual absolutamente impresionante. El grupo británico, que presentaba en nuestro país las canciones de su último disco, 100th window, consiguió uno de esos extraños conciertos en los que la conjunción de elementos produce resultados que rozan la magia. Resulta que la banda lleva a dos personas que, en la pared de atrás del escenario, van buscando a tiempo real determinado tipo de datos, como cuántas personas mueren de hambre o de sida en tal sitio o cuántos paraguas se pierden en el metro de Londres.

Mezclan, pues, lo capital y lo anecdótico en una orgía de datos que se van viendo en una enorme pantalla situada detrás del grupo, mientras éste va desgranando páginas de trip hop a base de música lenta en la que batería y bajo gobiernan las texturas de instrumentos convencionales o sonidos pregrabados o disparados. El efecto es subyugante, máxime cuando suenan de fondo temas tan increíbles como Special cases -un 10 para la cantante Dot Allison-, Mezanine o Unfinished sympathy. Pura música visual para ser degustada por la vista y el oído a un tiempo.