Zaplana seguirá de presidente regional del PP hasta después de las generales
Eduardo Zaplana se mantendrá al frente de la presidencia regional del PP hasta después de las elecciones generales de 2004, previstas inicialmente para el mes de marzo. El ministro de Trabajo dejará su cargo orgánico "cuando toque", según ha podido saber este periódico. Zaplana, además, no influirá para nada en la elaboración del futuro gobierno valenciano que presidirá Francisco Camps, aunque estará atento para que ninguno de sus colaboradores quede marginado de la política. De tal modo que los excluidos del nuevo Consell, en el que se prevé una renovación que puede afectar hasta a seis de la...
Eduardo Zaplana se mantendrá al frente de la presidencia regional del PP hasta después de las elecciones generales de 2004, previstas inicialmente para el mes de marzo. El ministro de Trabajo dejará su cargo orgánico "cuando toque", según ha podido saber este periódico. Zaplana, además, no influirá para nada en la elaboración del futuro gobierno valenciano que presidirá Francisco Camps, aunque estará atento para que ninguno de sus colaboradores quede marginado de la política. De tal modo que los excluidos del nuevo Consell, en el que se prevé una renovación que puede afectar hasta a seis de las diez consejerías actuales, tengan una alternativa.
El ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, es consciente de la importancia de los resultados del Partido Popular en la Comunidad Valenciana en las elecciones generales del próximo año para su futuro político. Zaplana aspira a potenciar la presencia de valencianos en el Gobierno de España que preside José María Aznar y, para conseguirlo, va a mantener una notable presencia en la política regional hasta que pasen estos comicios. Una presencia que se traducirá en una tensión política constante similar a la que realizó en su primer año en la presidencia de la Generalitat, cuando, pese a gobernar en coalición con Unión Valenciana, puso todo el aparato autonómico al servicio del PP para que José María Aznar consiguiera llegar a la Moncloa en 1996. En ese año, el macromitin realizado en el campo de fútbol de Mestalla se convirtió en un hito de la simbología del PP, que sólo unos pocos días después ganaba sus primeras elecciones generales.