OPINIÓN DEL LECTOR

¿Qué fue del chapapote?

Yo tengo que reconocer que no he sido tan solidaria con el pueblo gallego, como los miles de voluntarios que cada día se dejaban sus energías y parte de sus saneados pulmones en la limpieza de sus playas, pero sí he podido ver y oír a través de los informativos lo que como desastre ecológico y económico representaba el vertido del Prestige. He visto la indignación de los habitantes de Muxía, Fisterra, y de muchas otras localidades al ver llegar hacía sus costas las mareas negras procedentes del petrolero, indiscutiblemente por el significado que tendría en sus economías domésticas. Tamb...

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Yo tengo que reconocer que no he sido tan solidaria con el pueblo gallego, como los miles de voluntarios que cada día se dejaban sus energías y parte de sus saneados pulmones en la limpieza de sus playas, pero sí he podido ver y oír a través de los informativos lo que como desastre ecológico y económico representaba el vertido del Prestige. He visto la indignación de los habitantes de Muxía, Fisterra, y de muchas otras localidades al ver llegar hacía sus costas las mareas negras procedentes del petrolero, indiscutiblemente por el significado que tendría en sus economías domésticas. También muchos de nosotros hemos podido comprobar cómo todo el pueblo de Muxía era una clamor en contra de las actuaciones del gobierno por la gestión de la crisis del Prestige. El resultado de las urnas en esta localidad creo que hará preguntarse a más de un voluntario que acudió generosamente a prestar su ayuda, ¿cómo es posible?

Otras grandes cuestiones nos tendremos que hacer algunos en nuestra "Comunidad Valenciana", ¿fuimos sinceros en nuestras manifestaciones contra la guerra, o simplemente nos gusta nadar y guardar la ropa?

Bueno, de todas formas pronto tendremos ocasión de manifestarnos nuevamente, porque el Sr. Bush ya está preparando su artillería dialéctica y pesada para convencernos que ahora el Eje del Mal reside en Irán. Volverán de nuevo los enfrentamientos en la ONU, para más tarde, tal y como ha sucedido con la invasión de Irak se dé el beneplácito y el espaldarazo y hagan de la ilegalidad y el genocidio algo tan normal como la vida misma.

A mí desde luego que no me esperen, porque en vista del percal prefiero ser fiel a mis convicciones pero eso sí, evitando en lo posible que algún energúmeno me intente vender la cabra. Ya soy demasiado mayor para tanta farsa.

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