Un continuo entrar y salir de prisión

Lluis Pascual Estevill obtuvo el pasado 23 de abril el tercer grado penitenciario concedido por la Generalitat de Cataluña. Desde entonces sólo acude a dormir a la prisión barcelonesa de Quatre Camins. El ex juez ingresó en esa cárcel el 11 de noviembre de 2001 para cumplir una pena de siete años por fraude fiscal impuesta por la Audiencia de Barcelona y ratificada por el Tribunal Supremo. En diciembre del año siguiente la Generalitat le concedió el régimen abierto, pero la fiscalía recurrió y el juez de vigilancia penitenciaria lo devolvió a la cárcel el pasado mes de enero.

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Lluis Pascual Estevill obtuvo el pasado 23 de abril el tercer grado penitenciario concedido por la Generalitat de Cataluña. Desde entonces sólo acude a dormir a la prisión barcelonesa de Quatre Camins. El ex juez ingresó en esa cárcel el 11 de noviembre de 2001 para cumplir una pena de siete años por fraude fiscal impuesta por la Audiencia de Barcelona y ratificada por el Tribunal Supremo. En diciembre del año siguiente la Generalitat le concedió el régimen abierto, pero la fiscalía recurrió y el juez de vigilancia penitenciaria lo devolvió a la cárcel el pasado mes de enero.

Ahora la fiscalía no ha recurrido el régimen abierto, lo que se interpreta por diversas fuentes judiciales como una flexibilización en la postura del ministerio público hacia el ex juez. Teniendo en cuenta que las nuevas revelaciones de Estevill obligarán a practicar más pruebas -entre ellas un careo entre Piqué Vidal y el ex juez solicitado por el abogado defensor Ricardo Gómez de Olarte-, nada hace pensar que el juicio pueda celebrarse antes de un año, en el mejor de los casos. Para entonces Estevill habrá cumplido ya 70 años y en caso de que finalmente se le condene, cabe recurso ante el Tribunal Supremo. Todo eso juega a su favor y sitúa su reingreso en prisión en un futuro lejano.

El escrito inculpatorio de Estevill puede servir para que el fiscal atenúe la petición de pena en su escrito de acusación, aunque con toda probabilidad sumará varias decenas de años de prisión. Pero, sobretodo, puede beneficiar a la esposa del juez, Núria Franquesa, y su nuera, María Dolores Trujillo, acusadas de ayudar al ex magistrado a ocultar sus bienes cuando la justicia le pretendía embargar para cubrir la fianza de responsabilidad civil por esta causa.

El ex juez también tiene a sus espaldas otra condena firme de seis años de inhabilitación por una doble prevaricación cometida antes de que fuese vocal del Consejo General del Poder Judicial a propuesta de CiU.

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