Editorial:

Foto indecisa

El voto indeciso, inusualmente alto a una semana de la cita electoral, mantiene sin definir el color político que tendrán los gobiernos municipal y autonómico de Madrid tras las elecciones del 25 de mayo. El sondeo que publica este periódico cuantifica en más de un 25% el porcentaje de encuestados que todavía no tienen claro a qué partido votarán. De hacia dónde inclinen su voto dependerá que el principal buque insignia del PP, cuya conquista le abrió el camino a la victoria en las legislativas de 1996, siga en sus manos, maquillando de paso el retroceso en voto popular que se le predice en el...

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El voto indeciso, inusualmente alto a una semana de la cita electoral, mantiene sin definir el color político que tendrán los gobiernos municipal y autonómico de Madrid tras las elecciones del 25 de mayo. El sondeo que publica este periódico cuantifica en más de un 25% el porcentaje de encuestados que todavía no tienen claro a qué partido votarán. De hacia dónde inclinen su voto dependerá que el principal buque insignia del PP, cuya conquista le abrió el camino a la victoria en las legislativas de 1996, siga en sus manos, maquillando de paso el retroceso en voto popular que se le predice en el cómputo electoral global, o pase a las de una mayoría de gobierno del PSOE e IU como ya ha sucedido en el pasado, augurando una posible victoria socialista en las legislativas de 2004.

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La batalla por un voto que se pesa en oro va a endurecerse durante esta semana en Madrid, a tenor del empate técnico entre el PP y los partidos de izquierda que vaticinan los pronósticos tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad. No sólo los candidatos están obligados a afinar más sus propuestas sobre los problemas que preocupan a los ciudadanos -inseguridad, acceso a la vivienda, tráfico o paro- para intentar atraer su voto. Los líderes nacionales, en especial Aznar y Zapatero, parecen emplazados a entrar de lleno en la batalla final por Madrid ante la posible pérdida o conquista de un enclave de enorme significado político. Un dato del sondeo que resulta sorprendente -y no sólo en Madrid- es la escasa rentabilidad electoral que saca IU del importante papel que ha desarrollado en la movilización popular contra la guerra.

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La Comunidad Valenciana, otro de los buques insignia del PP, seguirá en manos de este partido otros cuatro años, a pesar de su retroceso en voto popular y el ascenso del PSOE. El porcentaje de indecisos es también inusualmente alto -un 22,1%-, pero su decisión no podrá cambiar un pronóstico que sólo se volcaría a favor del PSOE e IU en la hipótesis de una altísima participación electoral. Queda, en cualquier caso, constancia de la subida socialista.

El retroceso en voto popular del PP no impedirá a este partido seguir gobernando la alcaldía de Málaga, pero podría jugarle una mala pasada en Zaragoza y Valladolid. Ese descenso en votos podría facilitar el acceso del PSOE a sus alcaldías si la Chunta Aragonesista e IU, respectivamente, apuestan por un gobierno municipal con los socialistas. Un papel, el de bisagra, que jugará también el Partido Andalucista en Sevilla, cuya alcaldía podría seguir en poder del PSOE o pasar al PP. En Barcelona, en cambio, su actual alcalde, el socialista Joan Clos, seguirá al frente del Ayuntamiento, a pesar de perder dos concejales, y en Bilbao su alcaldía podría caer del lado de una coalición PP-PSOE del estilo de la que existe en Álava y funcionó durante una buena parte del actual mandato municipal en San Sebastián.

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