El potente núcleo industrial de Paterna, clave para el socialismo
"En Paterna lo que está en juego son dos modelos de ciudad", resume el alcalde socialista Francisco Borruey, con una tranquilidad propia sólo de quien está convencido de lo que ha hecho. "Después de seis años y medio de gobierno, yo no tengo que demostrar nada. La gestión está ahí y la gente tiene un conocimiento enorme de ella. Los cimientos para la expansión industrial y empresarial de la ciudad están puestos, ahora de lo que se trata es de hacer una ciudad próspera y con un crecimiento sostenido, basado en la calidad de vida de los ciudadanos", resume. Borruey -que pasa por ser uno de los p...
"En Paterna lo que está en juego son dos modelos de ciudad", resume el alcalde socialista Francisco Borruey, con una tranquilidad propia sólo de quien está convencido de lo que ha hecho. "Después de seis años y medio de gobierno, yo no tengo que demostrar nada. La gestión está ahí y la gente tiene un conocimiento enorme de ella. Los cimientos para la expansión industrial y empresarial de la ciudad están puestos, ahora de lo que se trata es de hacer una ciudad próspera y con un crecimiento sostenido, basado en la calidad de vida de los ciudadanos", resume. Borruey -que pasa por ser uno de los políticos más "carismáticos" de dentro y fuera de su partido,- es el artífice que logró devolver el poder en 1997 a un PSPV-PSOE (entonces derrotado y todavía sin expectativas de recuperación nacional) con una moción de censura. Ahora, y con las alforjas llenas -"con un parque tecnológico de 2 millones de metros cuadrados con capacidad para 1.700 empresas en marcha; 20 parques de barrio hechos; y una oferta de 10.000 viviendas nuevas"- este hombre de 58 años, se ha convertido en "clave" para el nuevo socialismo de Zapatero.
Desde el punto de vista logístico, porque el término de Paterna-La Cañada (casi tan grande como el de Valencia y a sólo 5 kilómetros de la capital) es un área "neurálgica" para la generación de empresas y empleo. Y, desde punto de vista político, porque tiene un "censo importantísimo", tanto para que el PP conserve la Generalitat como para que Zapatero se asegure la Moncloa.
El candidato popular, Lorenzo Agustí Pons, un arquitecto de 33 años, lo sabe y apela al "desencanto" de la gente sobre los "obras faraónicas de Borruey, que han dejado un elevado endeudamiento", y se defiende de su condición de "recién llegado" (su designación se produjo hace tres meses), apelando a "un programa de gobierno serio, basado en un modelo fiscal pensado para incentivar a las empresas".