El Aplec del Cargol de Lleida consume más de 12 toneladas de este molusco

Lleida vive este fin de semana con intensidad una nueva edición del Aplec del Cargol, una auténtica bacanal gastronómica que cada año recibe la visita de más de 200.000 personas y donde está previsto consumir más de 12 toneladas de caracoles cocinados de diferentes maneras. La fiesta, declarada de interés tradicional por la Generalitat, ha reunido desde el viernes hasta hoy a 12.000 participantes agrupados en un centenar de peñas.

La fiesta está asegurada en la manifestación lúdico-gastronómica más importante de Cataluña, que se celebra en el recinto de los Camps Elisis. El vino, la cer...

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Lleida vive este fin de semana con intensidad una nueva edición del Aplec del Cargol, una auténtica bacanal gastronómica que cada año recibe la visita de más de 200.000 personas y donde está previsto consumir más de 12 toneladas de caracoles cocinados de diferentes maneras. La fiesta, declarada de interés tradicional por la Generalitat, ha reunido desde el viernes hasta hoy a 12.000 participantes agrupados en un centenar de peñas.

La fiesta está asegurada en la manifestación lúdico-gastronómica más importante de Cataluña, que se celebra en el recinto de los Camps Elisis. El vino, la cerveza y los refrescos riegan generosamente los miles de raciones de butifarra, de carne y, por supuesto, de caracoles a la llauna, en salsa, a la gormanda, a la cazuela, a la brutesca, con sanfaina o con arroz.

Pero no todo es comer y beber. Los peñistas también cantan y bailan hasta la extenuación al ritmo de las orquestas, especialmente el sábado por la noche, cuando la fiesta se vive con mayor desenfreno porque las verbenas no se interrumpen hasta el domingo a las ocho de la mañana. A esa hora, los que no han caído derrotados se desplazan hasta la explanada del Camp d'Esports para iniciar un ruidoso desfile que recorre las calles de la ciudad y despierta a los vecinos. Es característico que éstos se sumen a la fiesta lanzando cubos de agua fría sobre los peñistas. Con ésta son ya 24 las ediciones celebradas y la fiesta, que no deja de crecer, en nada se parece ya a la primera caracolada organizada en 1980 por un grupo de amigos en el Xoperal, en la margen izquierda del río Segre antes de ser canalizado.

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