Reportaje:

Condenas por imperativo legal

Un juez cuestiona en sus sentencias las penas por tráfico de hachís, pero afirma que la ley le obliga a imponerlas

Las sentencias judiciales siempre tienen unas frases hechas al inicio y el final. Puro formalismo. Las del magistrado José Luis Felis García, además, recogen siempre unas consideraciones muy críticas sobre la eficacia de las penas de cárcel para los casos de tráfico de pequeñas cantidades de hachís.

"Hasta la fecha, la represión criminalizada del tráfico de drogas no ha proporcionado resultados en absoluto satisfactorios, sino más bien todo lo contrario", afirma este juez en más de una decena de sentencias dictadas en los últimos meses. Sin embargo, añade que el "estricto respeto del pr...

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Las sentencias judiciales siempre tienen unas frases hechas al inicio y el final. Puro formalismo. Las del magistrado José Luis Felis García, además, recogen siempre unas consideraciones muy críticas sobre la eficacia de las penas de cárcel para los casos de tráfico de pequeñas cantidades de hachís.

"Hasta la fecha, la represión criminalizada del tráfico de drogas no ha proporcionado resultados en absoluto satisfactorios, sino más bien todo lo contrario", afirma este juez en más de una decena de sentencias dictadas en los últimos meses. Sin embargo, añade que el "estricto respeto del principio de legalidad" previsto en el primer artículo del Código Penal "obliga a los jueces y tribunales a aplicar las normas vigentes, aun cuando su disvalor social sea cuestionado". Y eso es lo que hace, como titular del Juzgado de lo Penal número 8 de Barcelona, como no podía ser de otra manera. Pero antes deja constancia escrita de que una cosa es lo que indica la ley que le toca aplicar porque no tiene otro remedio y otra muy distinta lo que él piensa.

En su opinión, la cárcel en asuntos de pequeño tráfico de drogas resulta ineficaz "por razones de agravio comparativo difícilmente explicables con diversas drogas de uso común socialmente toleradas, como el alcohol o el tabaco". Concluye el juez que en estos casos se trata de "drogas aceptadas como legales y fuente de ingentes ingresos para el Estado, a pesar de producir daños en la salud tan importantes o incluso mayores" que los casos que a él le toca juzgar. Felis recuerda, además, que esa opinión es compartida desde hace años por un amplio sector de colegas suyos. La llamada "doctrina".

Dicho eso, el juez analiza cada caso y, si se dan los requisitos legales, condena. Eso sí, en el grado mínimo.

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