Columna

Tontería

Las declaraciones del diputado de IU Luis Carlos Rejón a Genma Nierga en el programa de la Cadena SER La Ventana han molestado a todo el mundo en el Parlamento andaluz, incluidos sus propios que, como la Mesa del Parlamento y su presidente, Javier Torres Vela, no han querido airear en exceso el exceso, porque realmente no beneficia en nada a la institución el que alguien que ocupó en ella un escaño frivolizara de la manera que lo hizo el señor Rejón en la citada entrevista. Aunque han pasado varios días me provoca insistir una queja de ayer mismo, mientras compartíamos una copa de fino ...

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Las declaraciones del diputado de IU Luis Carlos Rejón a Genma Nierga en el programa de la Cadena SER La Ventana han molestado a todo el mundo en el Parlamento andaluz, incluidos sus propios que, como la Mesa del Parlamento y su presidente, Javier Torres Vela, no han querido airear en exceso el exceso, porque realmente no beneficia en nada a la institución el que alguien que ocupó en ella un escaño frivolizara de la manera que lo hizo el señor Rejón en la citada entrevista. Aunque han pasado varios días me provoca insistir una queja de ayer mismo, mientras compartíamos una copa de fino en la feria, de un militante cualificado de IU

Su entrevista en La Ventana podría haber sido para él una más pero se fue gustando a medida que transcurría, tanto que bajó todas las guardias y olvidó que estaba siendo oído por cientos de miles de oyentes en toda España. Para su mal, oídas en directo desde aquí, sus palabras sonaron a traición, ni más ni menos. Pudo el señor Rejón haber dicho la verdad, por ejemplo que solía tener la costumbre de escribir sus intervenciones a mano y se cuidaba de entregarlas a los periodistas para asegurarse de que no interpretaran sus palabras, sino que las tuvieran bien precisas, es decir, que las tuvieran, porque a él le gustaba que se tomaran en consideración todas sus intervenciones; pudo haber dicho que se tomaba en serio su trabajo porque lo hacía y andaba siempre muy preocupado porque la prensa tomara buena nota de su dedicación y, sin embargo, el señor Rejón se dejó ir y dijo dos o tres tonterías que no por serlo resultaron menos lamentables. Porque es una tontería decir que en el Parlamento andaluz él con dos gracias y un muletazo conformaba al respetable, pero es una dolorosa tontería que, más allá de la ofensa a la institución que lo es, insiste en el triste tópico de la gracia andaluza y la pereza y cuantas leyendas han insultado a los andaluces y sobre las que ni en broma se debe permitir insistir quien representa a varios miles de ellos. Para hacer oposición bien hecha hay que poner a trabajar la inteligencia, no dejarse ir con una tontería que es lo que hizo con sus declaraciones Luis Carlos Rejón y con su tontería se traicionó a sí mismo, al Parlamento y a quienes le votaron y confiaron en su seriedad y en su trabajo. Y esto es lo más grave de su frivolidad.

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