OPINIÓN DEL LECTOR

Vecinos con problemas

Una comunidad de vecinos de Embajadores se pregunta qué más puede hacer cuando están agotadas todas las vías legales y ni la justicia, ni la Administración, ni el Ayuntamiento, ni nadie se molesta en ayudar a los ciudadanos que, hasta ahora, confiaban en ellos.

Les expongo el caso, a ver si alguien es capaz de entender y de ayudar. Un piso bajo: desde el fallecimiento de la propietaria, su hijo ha dejado de pagar los recibos de la Comunidad. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que se niega a que el arquitecto que lleva la rehabilitación de la finca y los albañiles que la llevan a cabo ac...

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Una comunidad de vecinos de Embajadores se pregunta qué más puede hacer cuando están agotadas todas las vías legales y ni la justicia, ni la Administración, ni el Ayuntamiento, ni nadie se molesta en ayudar a los ciudadanos que, hasta ahora, confiaban en ellos.

Les expongo el caso, a ver si alguien es capaz de entender y de ayudar. Un piso bajo: desde el fallecimiento de la propietaria, su hijo ha dejado de pagar los recibos de la Comunidad. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que se niega a que el arquitecto que lleva la rehabilitación de la finca y los albañiles que la llevan a cabo accedan a la vivienda, que presenta gravísimos problemas estructurales que están poniendo en grave peligro la integridad de la finca.

Se le ha denunciado al Ayuntamiento, al Colegio de Arquitectos, a la Gerencia de Urbanismo, a Sanidad y tenemos ganado el proceso de desahucio. Pero hasta que salga a subasta, no procede el desalojo. Y el tiempo corre, y el edificio puede derrumbarse en cualquier momento.

Otro piso. La propietaria (que dicho sea de paso, tampoco paga) tiene alquilado el piso a al menos 20 ciudadanos que viven en condiciones sanitarias tan deficientes que han provocado una invasión de malos olores y de cucarachas. Arrojan las basuras por el patio interior, que tiene ya más de metro y medio de porquería, y hacen caso omiso a las quejas de los vecinos que lo padecen.

Otro piso. Supuestamente alquilado a una mujer y su hijo, en el que viven, al menos, más de 15 personas. Las molestias las sufre toda la comunidad, especialmente los vecinos que habitan justamente debajo y que soportan los ruidos día y noche sin que puedan hacer valer su derecho a disfrutar de la tranquilidad de sus hogares.

La galería comunal es utilizada por estos cuidadanos como almacén de camas plegables, somieres, objetos de diversa índole, así como patio de juegos para los niños cuyo pasatiempo es el de jugar con fuego y escupir al patio, además de molestar al resto de los vecinos.

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Otro piso. También alquilado a una mujer y a sus hijos, en el que viven al menos 12 personas (40 metros cuadrados). Han provocado varias averías de agua por el mal uso de las instalaciones que afectan no sólo a la vecina de abajo, sino que están provocando daños estructurales al inmueble. No sólo se han negado a solucionarlos, sino que han ocultado este hecho a la propietaria hasta cuatro meses después de haberse iniciado. Tiran cigarrillos encendidos a éste, usan los tendederos de los demás vecinos y mantienen una actitud de abuso ante ellos que ha provocado multitud de quejas. Se encuentran en proceso de desahucio.

Ahora bien, si todo esto son actividades ilegales e irregulares y la razón están de nuestro lado, ¿por qué no se hace nada para que no sigan ocurriendo casos como éstos que se repiten habitualmente? ¿ A quién tendremos que recurrir para que estos problemas se solucionen? ¿Por qué la ley beneficia únicamente a los arrendatarios y perjudica a los arrendadores? ¿Es que somos sólo contribuyentes, con obligaciones pero sin derechos?

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