OPINIÓN DEL LECTOR

No ha llegado la paz, ha llegado la victoria

- ¿Ha llegado la paz, padre?

- No hijo, ha llegado la victoria.

Así termina una película magnífica, basada en la obra de teatro de Fernando Fernán Gómez, del mismo título y que dirigió en 1983 Jaime Chávarri sobre la Guerra Civil española, Las bicicletas son para el verano.

En Irak no llegará la paz, porque en Irak, después de la sinrazón de esta guerra, "ha estallado la paz"; no llegará, al menos que la injerencia extranjera cese y no ahonde aun más la herida, no ya del plomo asesino que ha cercenado la vida de tantos, da igual si de los iraquíes pro Sadam o del ej...

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- ¿Ha llegado la paz, padre?

- No hijo, ha llegado la victoria.

Así termina una película magnífica, basada en la obra de teatro de Fernando Fernán Gómez, del mismo título y que dirigió en 1983 Jaime Chávarri sobre la Guerra Civil española, Las bicicletas son para el verano.

En Irak no llegará la paz, porque en Irak, después de la sinrazón de esta guerra, "ha estallado la paz"; no llegará, al menos que la injerencia extranjera cese y no ahonde aun más la herida, no ya del plomo asesino que ha cercenado la vida de tantos, da igual si de los iraquíes pro Sadam o del eje Bush-Blair-Aznar, sino la herida que ha desgarrado la inocencia de tantos no ya sólo en Irak sino de todo aquél que se siente persona.

En Irak no ha llegado la paz sino la victoria, porque esta guerra se inicio contra el sentir mayoritario de la opinión publica internacional, de los ciudadanos de a pie que se sienten gente normal y no entienden que la muerte pueda ser preventiva, ni entienden lo del fuego amigo, ni lo de los efectos colaterales.

En las conciencias de muchos de nosotros no llegará la paz, por la impotencia para impedir este desastre, por la prepotencia con la que hemos sido maltratados por los gobiernos implicados, por la zafiedad de algunos comentarios, Fraga, Loyola de Palacio..., no llegará la paz a nuestras conciencias hasta que esos gobiernos nos dejen... en paz.

Yo también condeno esta guerra y a "los canallas que la han propiciado". Yo quiero ser hoy Julio, José y Tarek y Taras, quiero compartir el duelo y repartir mi existencia entre las familias que sufren la pérdida de algunos de sus seres queridos.

No sé si mi aportación hubiera podido ser mayor, si hubiera podido hacer algo más, no lo sé. Sólo sé que ningún otro pueblo podrá acusar de complicidad con el Gobierno Aznar, en esta nefasta decisión, al pueblo español.

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