Análisis:LAS 'PRIMARIAS' DEL PP

Los tres perdedores y el 'gambito Ruiz-Gallardón'

El presidente de la Comunidad de Madrid contará para la sucesión si gana en la capital

Razón tiene el ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel. Según personas que han hablado con él, este hombre, que prefiere, de momento, no salir en los periódicos, la radio o la televisión, piensa que las campanas ya han doblado por Rodrigo Rato, Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja. Es decir, ya debían haber dado un paso al costado, marcando territorio propio, como Félix Pastor Ridruejo, exponiendo al PP y a toda la sociedad su discrepancia con la política de José María Aznar de fidelidad al presidente de EE UU, George Bush. Ahora, piensa el ex ministro, según algunos de sus interlocutores, es dema...

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Razón tiene el ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel. Según personas que han hablado con él, este hombre, que prefiere, de momento, no salir en los periódicos, la radio o la televisión, piensa que las campanas ya han doblado por Rodrigo Rato, Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja. Es decir, ya debían haber dado un paso al costado, marcando territorio propio, como Félix Pastor Ridruejo, exponiendo al PP y a toda la sociedad su discrepancia con la política de José María Aznar de fidelidad al presidente de EE UU, George Bush. Ahora, piensa el ex ministro, según algunos de sus interlocutores, es demasiado tarde. Y tanto. Que uno pueda decir, como Rajoy en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, el viernes 28, que al Gobierno lo único que le preocupa ahora es que en Irak... no haya víctimas lleva a algo que dijo Ralph Peters, un oficial del Ejército de EE UU. El militar, retirado, declaró en una entrevista:

Por el verticalismo que aplica Aznar, todos los dirigentes que cuentan han ido a rastras

-Algunas cosas no cambian. La mejor manera de conmocionar e introducir pavor en un enemigo sigue siendo matándole. Aquellos que quieren guerras antisépticas por razones políticas no deberían iniciar una guerra.

Si sólo Aznar, dentro del estado mayor del PP, hubiera comprado la teoría de la guerra antiséptica, la organización tendría alternativas. Pero, por las exigencias de verticalismo que aplica el presidente del Gobierno a sus conmilitones, todos los dirigentes que cuentan han ido a rastras. Hasta Alberto Ruiz-Gallardón, la gran esperanza blanca, justifica la invasión de Irak en el séptimo día de los ataques con el argumento de que la invasión en curso es sinónimo de la entrada de los americanos en la Segunda Guerra Mundial para liberar a los pueblos europeos de Adolf Hitler.

Algunos comensales del candidato a alcalde en las elecciones del próximo 25 de mayo han creído ver en sus palabras una cierta dosis de realismo. Ruiz-Gallardón arriesga, según deja caer, que quizá el candidato a suceder a Aznar no sea ninguno de los tres vicesecretarios del PP... Quizá sea José Luis Rodríguez Zapatero. Es decir, quizá toque alternancia.

Sin embargo, Ruiz-Gallardón no propone ningún derrotismo o resignación al estilo de Esperanza Aguirre. La candidata a presidir la Comunidad de Madrid suele decir en privado, esbozando una sonrisa cómplice, algo que no deja de tener una pizca de gracia: si pierdo, razona, todos sabrán que no ha sido por mi culpa. Ruiz-Gallardón da la vuelta al calcetín. Él, un político profesional, cree que tiene entre manos una pócima eficaz.

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Veamos. Si la invasión de Irak y la política de apoyo a Bush por parte de Aznar y los tres tenores no evitan que él, Ruiz-Gallardón, salga elegido alcalde el 25 de mayo, sólo querría decir una cosa: habría triunfado a pesar de Aznar. Es decir, ¿qué mejor candidato para enfrentarse a Rodríguez Zapatero en marzo de 2004? Está claro. Ruiz-Gallardón ha percibido que, en el escenario bélico y posbélico, lo que puede estar en juego, más que nunca, es ganar dos cosas por el precio de una, la alcaldía de Madrid y ser él, por baja de sus tres conmilitones, el sucesor.

A medida que se van cumpliendo los escenarios más apocalípticos en los campos de batalla de Irak, los compromisos de Aznar con Bush siguen incólumes. Tanto Tony Blair como Aznar han intentado disfrazar/despistar al personal con sus apelaciones a que Naciones Unidas despliegue su bandera en el sur de Irak para llevar ayuda humanitaria. Quieren encubrir la crudeza de una invasión con tremendos costes en vidas humanas. Pero Colin Powell, el hombre con el que simpatiza Aznar, lo ha dicho con todas las letras. Si EE UU está dispuesto a arriesgar la vida de sus soldados, será para ejercer el "control dominante" después de la guerra.

La participación de Aznar en la invasión sigue siendo una caja de Pandora. El presidente del Gobierno ha llegado, haciéndose eco de la campaña estadounidense contra el presidente francés, Jacques Chirac, a explicar la posición de Francia frente a la invasión de Irak por sus perversas relaciones económicas con Bagdad.

La cadena SER avanzó días pasados varios documentos oficiales que ilustran las relaciones económicas de España con Irak. Uno de ellos, elaborado en marzo de 2002 por la oficina económica y comercial de la Embajada española en Bagdad, contiene interesantes datos. Según señala, en la 34ª Feria Internacional de Bagdad, en noviembre de 2001, "la participación española fue muy significativa, superando a los otros ocho países comunitarios presentes", entre los que se encontraban Francia y Alemania.

Otro memorándum oficial se refiere a la 35ª Feria Internacional, inaugurada el 1 de noviembre de 2002. Según el documento, que la cadena radiofónica ha facilitado a este periódico, "la participación de España, a través del ICEX, que ha demostrado un interés particular en mantener dicha presencia, cuenta entre la más señalada de los países de nuestro entorno". El pabellón español estaba situado, con 45 empresas, en un lugar preferencial del recinto. Fue, de acuerdo con el documento, "uno de los más vistosos y mayores de la UE, detrás solo de Alemania y Francia".

Entre los datos que aporta la Embajada española se menciona la organización de un viaje financiado por España de una delegación de cinco miembros del Ayuntamiento de Bagdad, encabezada por el vicealcalde, e integrada por otros cuatro funcionarios del Ministerio del Interior de Irak, a Madrid, San Sebastián, Bilbao, Barcelona y Sevilla. El viaje se produjo en diciembre de 2000. ¡Claro, fue antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001!, dirán los asesores de Aznar.

Pero las dos ferias citadas se produjeron después de los atentados. Y, además, el informe de la Embajada en Bagdad añade que del 1 al 10 de marzo de 2002 otra delegación del Ayuntamiento de Bagdad se desplazó a Madrid, Barcelona y Olite (Navarra) para verificar pruebas con minicamiones de basura e instalaciones de tratamiento de aguas residuales. Esa operación se hacía con cargo a una donación española de cinco millones de dólares para adquirir equipos. Y hay otras misiones privadas con apoyo del ICEX.

¿Acaso no sabía Aznar que Sadam Husein había usado armas químicas contra la población civil kurda de Halabja, a pocos kilómetros de la frontera con Irán? Como el presidente de Gobierno suele recordar a menudo, fue allá por el mes de marzo de 1988.

Ni Washington cambió entonces su política de apoyo a Sadam Husein en su guerra con Irán. Y, por lo que se advierte en los informes, tampoco fue importante para Aznar durante sus siete años de gobierno. Los colaboradores de José María Álvarez del Manzano recibieron varias veces a los enviados de quien, según ha desvelado esta semana Alberto Ruiz-Gallardón, que pretende suceder a Álvarez del Manzano, es Hitler redivivo.

Alberto Ruiz-Gallardón, candidato del PP a la alcaldía de Madrid.ULY MARTÍN

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