Entrevista:TROTAMUNDOS | JESÚS BONILLA | ACTOR | PROPUESTAS

La casa de Neruda

Digamos que es más viajero de sillón y documental que de maletón y tirar millas. Más de bar decadente y charleta con los oriundos que de almuerzo en el lobby de un hotel. Acaba de estrenar su primera película como director, El oro de Moscú. Hace una década viajó a Santiago de Chile, donde estuvo un mes con la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

¿Qué recuerdos guarda?

Ya en el avión me impresionó atravesar los Andes, porque se tarda bastante. Después, en el camino a la ciudad, atravesamos grandes áreas de chabolas. Me dijeron que algunos de sus habitantes era...

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Digamos que es más viajero de sillón y documental que de maletón y tirar millas. Más de bar decadente y charleta con los oriundos que de almuerzo en el lobby de un hotel. Acaba de estrenar su primera película como director, El oro de Moscú. Hace una década viajó a Santiago de Chile, donde estuvo un mes con la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

¿Qué recuerdos guarda?

Ya en el avión me impresionó atravesar los Andes, porque se tarda bastante. Después, en el camino a la ciudad, atravesamos grandes áreas de chabolas. Me dijeron que algunos de sus habitantes eran actores.

Cielos, ¿qué otra imagen retiene de aquella ciudad?

La del contraste entre los helipuertos de los hoteles de lujo para trasladar a la clase alta y los pequeños microbuses del pueblo llano. También recuerdo la manifestación por el aniversario de la muerte de Allende. Improvisamos una bandera española y nos echamos a la calle, pero llegó la policía y nos disolvió. Recuerdo el pánico de correr sin saber adónde.

Y yo le imaginaba en un café, sentado y charlando.

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También lo hice, porque allí aún queda el gusto por filosofar o escuchar a un actor borracho citando versos de Neruda. Visité la casa del poeta en Isla Negra, un lugar telúrico, mágico, con aquellos mascarones de barco.

Para no gustarle viajar disfrutó como un enano.

Sí. Y lo mejor fue el trato con la gente, tan inocente y franca.

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