El Supremo confirma la pena a cuatro personas por apalear a un egipcio

El Tribunal Supremo ha confirmado una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que condenó a dos años de prisión a dos hombres y dos mujeres que en 1997 agredieron con palos y con una barra de hierro a un vendedor de flores egipcio al que persiguieron al grito de "al moro". El 23 de octubre de 1997, los cuatro acusados se cruzaron en la calle de Santa María, en el distrito de Centro, con el vendedor, al que, tras preguntarle de dónde era, le llamaron "moro de mierda", le dieron una patada en los testículos y le increparon "vete a trabajar a tu país".

El ciudadano egipcio salió cor...

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El Tribunal Supremo ha confirmado una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que condenó a dos años de prisión a dos hombres y dos mujeres que en 1997 agredieron con palos y con una barra de hierro a un vendedor de flores egipcio al que persiguieron al grito de "al moro". El 23 de octubre de 1997, los cuatro acusados se cruzaron en la calle de Santa María, en el distrito de Centro, con el vendedor, al que, tras preguntarle de dónde era, le llamaron "moro de mierda", le dieron una patada en los testículos y le increparon "vete a trabajar a tu país".

El ciudadano egipcio salió corriendo al ver cómo sus agresores cogían de un contenedor varios palos de madera, entre ellos uno de unos 50 centímetros de longitud y con dos clavos en uno de sus extremos, y una barra de hierro de unos 85 centímetros. Tras una persecución al grito de "al moro, al moro", los acusados le alcanzaron y, mientras uno de ellos le propinó dos golpes con la barra de hierro en la cabeza, los otros tres impidieron que los transeúntes le socorrieran. Los agresores fueron detenidos por un policía de paisano en un bar. El herido quedó en el suelo mientras uno de los acusados decía: "El moro ya está muerto". Sufrió lesiones de las que tardó 119 días en curar.

En junio de 2001, la Audiencia de Madrid condenó a los agresores a dos años de prisión por lesiones con las agravantes de actuar por motivos racistas y de abuso de superioridad. Los condenados recurrieron alegando que se aplicó indebidamente la agravante de racismo, pero el Supremo ha confirmado que el ataque se debió a "la particularidad racial de la víctima".

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