La policía recibe 300 llamadas tras difundir el retrato del 'asesino del naipe'
Los agentes comprueban todos los datos recibidos en el 900 12 80 62
El 900 12 80 62, el teléfono gratuito puesto en marcha por la Delegación del Gobierno en Madrid para recabar pistas que permitan la detención del asesino del naipe, ha recibido unas 300 llamadas. Un portavoz de la Delegación señaló ayer que se están estudiando todos los datos aportados por los comunicantes para intentar arrestar al homicida en serie antes de que cometa una nueva muerte violenta.
Fuentes de la investigación señalaron que hasta la fecha no se han recibido datos fiables que permitan tener centrado al asesino. Se trata, en su mayoría, de personas que creen haber reco...
El 900 12 80 62, el teléfono gratuito puesto en marcha por la Delegación del Gobierno en Madrid para recabar pistas que permitan la detención del asesino del naipe, ha recibido unas 300 llamadas. Un portavoz de la Delegación señaló ayer que se están estudiando todos los datos aportados por los comunicantes para intentar arrestar al homicida en serie antes de que cometa una nueva muerte violenta.
Fuentes de la investigación señalaron que hasta la fecha no se han recibido datos fiables que permitan tener centrado al asesino. Se trata, en su mayoría, de personas que creen haber reconocido a alguien por la calle que responde a alguno de los tres retratos robot facilitados el pasado viernes por la Delegación del Gobierno. De todas formas, estas fuentes añadieron que ninguna llamada, por extraña que parezca, se deja de comprobar.
Los dos testigos que han sobrevivido a los ataques del asesino en serie le describen como un varón caucásico, de tez ligeramente morena, con edad comprendida entre los 23 y los 28 años. Su complexión es delgada, mide 1,80 metros de estatura, es moreno y lleva el pelo corto y revuelto. Se caracteriza por sus cejas gruesas, luce bigote y perilla unidos y tiene un rostro ligeramente afilado. En uno de los retratos robot se le ve con unas gafas de sol.
El asesino del naipe ha cometido desde el pasado viernes 24 de enero seis homicidios. El primero fue el portero del número 89 de la calle de Alonso Cano (Chamberí). Desde entonces, no ha seguido ninguna secuencia temporal o espacial para matar a sus víctimas. Entre el primer homicidio y el segundo transcurrieron 12 días. Este intervalo de tiempo quedó reducido a 12 horas, ya que el mismo día que asesinó al empleado de limpiezas del aeropuerto de Barajas, Juan Carlos Martín Estacio, de 28 años, entró en el bar Rojas de Alcalá de Henares y mató de sendos disparos al hijo de la dueña, Mikel Jiménez Sánchez, de 18 años, y a una clienta, Juana Dolores Uclés, de 57.
Entre los siguientes homicidios o intentos frustrados pasaron 30 y 11 días respectivamente. Los investigadores intentan descubrir ahora si existe alguna secuencia más o menos lógica que permita prever cuándo y por dónde reaparecerá este asesino en serie. Hasta ahora, todo son hipótesis. La línea que ha permitido unir estos seis homicidios ha sido la munición utilizada, del calibre 7,62 milímetros, marca Tokarev, ya que el asesino no siempre ha dejado naipes en sus tiroteos.