De terror al pavor
El progreso de la civilización hacia la barbarie es enorme. No es una paradoja: la fiereza, la crueldad, no son del pasado, sino permanentes; sometidas a la evolución hacia mejor (más fiereza, más crueldad) y a la acumulación (cada vez hay menos que tienen más). El general de cuatro estrellas enseña al mundo, cuyos ojos y oídos están representados por unas cámaras y unos periodistas, cómo ha comenzado la operación que llama "Impacto y Pavor": el bombardeo de Irak. Dice que no se parece a los bombardeos antiguos sobre ciudades: los proyectiles son de enorme precisión. Un corresponsal de televis...
El progreso de la civilización hacia la barbarie es enorme. No es una paradoja: la fiereza, la crueldad, no son del pasado, sino permanentes; sometidas a la evolución hacia mejor (más fiereza, más crueldad) y a la acumulación (cada vez hay menos que tienen más). El general de cuatro estrellas enseña al mundo, cuyos ojos y oídos están representados por unas cámaras y unos periodistas, cómo ha comenzado la operación que llama "Impacto y Pavor": el bombardeo de Irak. Dice que no se parece a los bombardeos antiguos sobre ciudades: los proyectiles son de enorme precisión. Un corresponsal de televisión está debajo, lo ve todo y dice que es, como siempre, un bombardeo "en alfombra", que se extiende por un área sin dejar un centímetro libre; y es "indiscriminado". Ya no creemos a los periodistas: creemos a los generales, y a los oficiales encargados de la propaganda, que llevan un rebaño de periodistas "aliados" -o "de la coalición"- para que no sufran en el trabajo de enterarse. Nosotros vemos las columnas de humo, las llamas: arde Bagdad. Bolitas pequeñas ascienden a media altura, son los antiaéreos: la civilización de los nietos de Babilonia se ha quedado mucho más corta y más pobre que la de los nietos del general Custer, que exterminó a los indios y originó un genero de cine y de cultura: de buenos y malos.
"Impacto y Pavor": es un binomio literariamente feo. Pero real: el impacto es el de un proyectil: el pavor es el terror. Ah, pero nosotros no podemos decir que damos terror, que somos terroristas: sino empavorecedores. Comprendamos la finura: los terroristas son ellos. Empavorecer es bueno. El vocabulario es muy delicado. Somos bestiales modernos, más brillantes que nunca. Abajo Nínive, y Babilonia, adiós Asiria.
Los imperios caen. ¿Todos? Creo que no, que algo dejan siempre. Aquí hay mucho de Austrias y Borbones, y triste ausencia de moros y judíos. Aquí hay mucha pobreza de entonces, y una incultura soberana de todas las épocas, azuzada por Franco, recreada por Aznar. En los imperios, los que han acumulado las armas y el poder las cambian por industrias y cuentas de bancos, y la decadencia, la degeneración, se va hacia los pobres: Grecia, Roma, Portugal, España. Y en el ReinoUnido: la caída del Imperio idiotizado por la reina Victoria ha terminado en Blair. ¿Dónde irá Estados Unidos? Dicen que esta guerra es el principio del declive, y quedará la cultura de Bush. ¿Y Aznar? Un fin de raza.