Análisis:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de Malaisia de fórmula 1

Cambio generacional

Tan importante como el tercer puesto de Fernando Alonso -¡la de tiempo que llevábamos esperando algo así!- es la victoria de Kimi Raikkonen, el nuevo finlandés volador, lograda con la facilidad de los campeones, escapándose irremisiblemente, vuelta tras vuelta sin mirar atrás. Estábamos convencidos de que el heredero natural era Juan Pablo Montoya, el único capaz de enseñarlelos dientes al alemán, y ahora parece como si la sombra de Michael Schumacher hubiera oscurecido a toda una generación propiciando un gran salto generacional. En lo más alto del podio, un piloto de 23 años. Flanqueándole, ...

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Tan importante como el tercer puesto de Fernando Alonso -¡la de tiempo que llevábamos esperando algo así!- es la victoria de Kimi Raikkonen, el nuevo finlandés volador, lograda con la facilidad de los campeones, escapándose irremisiblemente, vuelta tras vuelta sin mirar atrás. Estábamos convencidos de que el heredero natural era Juan Pablo Montoya, el único capaz de enseñarlelos dientes al alemán, y ahora parece como si la sombra de Michael Schumacher hubiera oscurecido a toda una generación propiciando un gran salto generacional. En lo más alto del podio, un piloto de 23 años. Flanqueándole, el español, de 21, y el brasileño Rubens Barrichello, de 30; una foto significativa.

Pero que nadie de por muerto al rey ni se le ocurra descartar a David Coulthard, los dos rabiaban ayer. El escocés de McLaren proclamaba a quien quería escucharle que de no ser por la impericia de sus mecánicos -¿pensará en una mano negra?- hubiera sido él el vencedor. Al mayor de los Schumacher le perdió el deseo de reivindicarse. Su accidente en la salida, embistiendo al Renault de Trulli, se parece demasiado a lo que le sucedería a cualquier joven fogoso dispuesto a hacerse notar con el cuchillo entre los dientes.

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Es muy pronto, de cualquier modo, para aventurar profecías sobre lo que nos va a deparar esta temporada, pero lo que sí ha quedado ya muy claro es que va a ser una de las más divertidas desde hace muchos años, tan abierta como lo estaban las que permitieron a Michael Schumacher ganar sus primeros dos campeonatos a principio de la década pasada. Varios detalles pueden ayudar a afinar las apuestas: el dominio claro de Michelín sobre Bridgestone; el nuevo motor Mercedes parece estar un paso por delante de todos los demás; la superior aerodinámica de Renault y el fracaso de Williams y BMW en todos los campos.

Por detrás, la nada. Si alguien pensaba que Jaguar reaccionaría, ahora tal vez piense que Pedro de la Rosa no haya hecho tan mal negocio.

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