LA POLICÍA DE MADRID BUSCA AL CRIMINAL EN SERIE

Antisocial, frío, de vida normal y sin sentimiento de culpa

Los escasos datos sobre los crímenes de los naipes han permitido a los psiquiatras forenses elaborar un perfil preliminar sobre el asesino en serie. Quienes han estudiado la mente criminal creen que se trata de una persona con un trastorno antisocial de la personalidad, un psicópata, con una frialdad extrema, sin sentimiento de culpa ni arrepentimiento, que durante el día lleva una vida normal, hasta que su patología le despierta sus apetitos asesinos. El naipe sería su marca distintiva, pero también su manera de desafiar a las fuerzas de seguridad, de jugar con ellas.

El psiquiatra y m...

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Los escasos datos sobre los crímenes de los naipes han permitido a los psiquiatras forenses elaborar un perfil preliminar sobre el asesino en serie. Quienes han estudiado la mente criminal creen que se trata de una persona con un trastorno antisocial de la personalidad, un psicópata, con una frialdad extrema, sin sentimiento de culpa ni arrepentimiento, que durante el día lleva una vida normal, hasta que su patología le despierta sus apetitos asesinos. El naipe sería su marca distintiva, pero también su manera de desafiar a las fuerzas de seguridad, de jugar con ellas.

El psiquiatra y médico forense José Carlos Fuertes, que ayer participaba en Almería en un coloquio sobre mentes criminales, cree que el asesino responde al perfil del psicópata y no al del psicótico con ideas delirantes que actúa sin razón lógica. "Lo más probable es que se trate de un psicópata, consciente de lo que hace y, por tanto, imputable. No sería el típico loco con el gorro de Napoleón, pero sí una persona anormal o desviada, que de día puede mantener perfectamente un comportamiento social estable y que en un momento del día se transforma en un tipo capaz de cualquier aberración. Y esto vale tanto si es uno como si son varios".

Fuertes cree que quien esté detrás de los crímenes "ya era antisocial desde niño", en cuyo cerebro se ha formado "una coraza mental". "Sería una persona capaz de sacarle los ojos a un gato o de estar matando a tres o cuatro personas sin alterarse lo más mínimo". Por supuesto, "no se arrepiente de nada, ya que no es consciente de haber hecho nada malo". El desencadenante de sus acciones puede ser una venganza íntima, una apuesta con alguien o consigo mismo, un desafío a la policía o una motivación racista.

El psiquiatra no entra en distinguir si es un asesino en serie desorganizado (que no prepara la escena del crimen) u organizado (que la prepara y ejecuta el crimen con elementos que ha llevado a propósito), según las categorías del FBI, ni en valorar si es un asesino en serie territorial, según la división británica. Pero los expertos coinciden en algo: volverá a matar.

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