Cartas al director

Hablemos de balompié

En torno a la crisis de Irak, en los últimos meses todos hemos tenido ocasión de ver cómo muchos colectivos se sumaban al movimiento popular mayoritario contra la agresión al pueblo

de Irak, los artistas han tenido una destacada presencia en la protesta, no han sido menos los cantantes, los poetas, escritores, premios Nobel, jueces, los diseñadores de moda han empleado sus pasarelas para protestar contra la guerra, etcétera.

En cambio, el colectivo elitista del fútbol que realiza su actividad en contacto con la gente no se ha dignado en realizar el más mínimo gesto por la paz, sa...

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En torno a la crisis de Irak, en los últimos meses todos hemos tenido ocasión de ver cómo muchos colectivos se sumaban al movimiento popular mayoritario contra la agresión al pueblo

de Irak, los artistas han tenido una destacada presencia en la protesta, no han sido menos los cantantes, los poetas, escritores, premios Nobel, jueces, los diseñadores de moda han empleado sus pasarelas para protestar contra la guerra, etcétera.

En cambio, el colectivo elitista del fútbol que realiza su actividad en contacto con la gente no se ha dignado en realizar el más mínimo gesto por la paz, salvo el club deportivo Xerez, que sí realizó un escrito con la firma de la mayoría de jugadores de la plantilla.

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¿Dónde se meten los balones de oro, los de las botas de purpurina y contratos millonarios?, ¿tanto problema les crea con sus jefes haber salido, aunque fuera en un solo partido, a manifestar su opinión y sumarse a los que cada día les aplauden en los estadios? ¿O realizar un escrito y leerlo en una rueda de prensa de las muchas que realizan para contarnos "sí, bueno, no" el fúrgol es así, hasta el último minuto no está nada decidido?

Lo triste de esto es que además estos nuevos ricos, muchachitos que en su gran mayoría proceden de familias humildes y sencillas, ahora se piensan que son dioses a los que no se les puede rechistar porque a la mínima amenazan a los medios con no ofrecerles entrevistas.

Gracias por vuestra falta de solidaridad y por vuestra escasa sensibilidad. Ante un problema que ha conseguido sumar a millones de ciudadanos en el mundo, vosotros habéis decidido hacer un quiebro por la banda y fingir una lesión moral.

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