Crónica:ATLETISMO

Los españoles afinan el piano

Las buenas noticias para el atletismo español llegaron con la regularidad esperada. Era un día para dejarse ver y es lo que hicieron Yago Lamela, Alberto García, Mayte Martínez, Juan Carlos Higuero, Roberto Parra, David Canal, Marta Domínguez, Amaia Piedra, Carlota Castrejana y Antonio Reina. Ninguno falló en las fases clasificatorias, donde se pone a prueba la tensión nerviosa. Todas las señales fueron positivas, y en algunos casos optimistas.

Lamela pasó por la ronda clasificatoria como un rayo. Visto y no visto. En su exuberante estado de forma actual, le basta con apuntar unos pocos...

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Las buenas noticias para el atletismo español llegaron con la regularidad esperada. Era un día para dejarse ver y es lo que hicieron Yago Lamela, Alberto García, Mayte Martínez, Juan Carlos Higuero, Roberto Parra, David Canal, Marta Domínguez, Amaia Piedra, Carlota Castrejana y Antonio Reina. Ninguno falló en las fases clasificatorias, donde se pone a prueba la tensión nerviosa. Todas las señales fueron positivas, y en algunos casos optimistas.

Lamela pasó por la ronda clasificatoria como un rayo. Visto y no visto. En su exuberante estado de forma actual, le basta con apuntar unos pocos datos para impresionar a sus rivales. Rafael Blanquer, el entrenador que le dirige desde hace un año, también parece impresionado. "No hagas más, es suficiente", le dijo a Lamela apenas comenzado el calentamiento. El saltador había tomado contacto con la pista para medir distancias. Una pequeña carrera, un salto de prueba y la caída en el foso de arena. "No hay necesidad de más. Yago está como un tiro", comentó Blanquer. Es cierto, recuerda en todo al impresionante atleta de 1999, cuando saltó 8,56 metros en dos ocasiones. Esta vez cumplió sin despeinarse con el trámite de la clasificación. Saltó 8,12 metros en el primer intento. "El pasillo de saltos me ha parecido un poco lento, pero estas cosas son un poco subjetivas", declaró con gesto relajado, la típica expresión de los atletas instalados en un peldaño superior a los demás. Son momentos de plenitud que no sólo se reflejan en las marcas, sino en la serenidad que emana de los atletas que atraviesan el estado de gracia. "He aprendido mucho. Tengo la madurez que me faltaba en el 99".

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Lamela habló con la misma seguridad que demostró Alberto García en la pista. Tercero en su serie de 3.000 metros, el atleta madrileño manejó la carrera con claridad. Aceleró para romper el grupo, abrió distancias y, finalmente, permitió la victoria del keniano Kipkosgei. Su cabeza estaba en otra parte, en el desafío que tendrá mañana con Haile Gebrselassie, el formidable etíope al que nadie discute la condición de mejor fondista de la historia. Que Alberto García fuera una amenaza para Gebrselassie parecía impensable en un mundillo que tenía descartados a los europeos como rivales de los africanos del altiplano. Pero la amenaza es real.

Como tampoco fallaron Higuero y Parra en 1.500, ni Canal en 400, ni Reina en 800, ni Mayte Martínez en la misma distancia, ni Domínguez y Piedra en 3.000, ni Castrejana en triple, la jornada fue perfecta para los atletas españoles, que funcionaron con una seguridad espectacular, convencidos de que estos campeonatos pueden ser memorables.

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