Asesinado a tiros en Belgrado Zoran Djindjic, primer ministro de Serbia

Estado de excepción tras la muerte del político que llevó a Milosevic a La Haya

Dos balas disparadas desde un edificio en el centro de Belgrado por un francotirador acabaron ayer con la vida de Zoran Djindjic, primer ministro serbio. El político, de 50 años, ya había sufrido un atentado el pasado 21 de febrero. Djindjic jugó un papel fundamental en la caída del dictador serbio Slobodan Milosevic y en su posterior extradición al Tribunal de La Haya. La presidenta interina de Serbia, Natasa Micic, proclamó el estado de excepción tras el asesinato. Las primeras sospechas recayeron en el crimen organizado, que mantiene vínculos con grupos parapoliciales y paramilitares de la ...

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Dos balas disparadas desde un edificio en el centro de Belgrado por un francotirador acabaron ayer con la vida de Zoran Djindjic, primer ministro serbio. El político, de 50 años, ya había sufrido un atentado el pasado 21 de febrero. Djindjic jugó un papel fundamental en la caída del dictador serbio Slobodan Milosevic y en su posterior extradición al Tribunal de La Haya. La presidenta interina de Serbia, Natasa Micic, proclamó el estado de excepción tras el asesinato. Las primeras sospechas recayeron en el crimen organizado, que mantiene vínculos con grupos parapoliciales y paramilitares de la etapa de Milosevic.

A las 12.25 del mediodía, Djindjic fue alcanzado por dos disparos hechos desde un edificio cercano cuando salía de su coche y se dirigía a la sede del Gobierno de Serbia para dirigir una reunión del Ejecutivo, que presidía desde el 25 de enero del año 2000. Los disparos fueron efectuados con un fusil de alta precisión del calibre 12,7 milímetros, un arma que utiliza habitualmente el Ejército. Djindjic fue trasladado urgentemente en su propio automóvil a un hospital muy próximo al lugar del atentado. El primer ministro murió a las 13.50 en la mesa de operaciones.

Poco después, la presidenta del Parlamento de Serbia y presidenta interina del país, Natasa Micic, declaró el estado de excepción: "Este acto criminal es un intento de detener la lucha contra la delincuencia organizada, la democracia y las reformas en el país, nuestro retorno a la comunidad internacional y poner en peligro la estabilidad no sólo de nuestro país, sino de toda la región", dijo Micic.

El atentado se produce en una situación política muy delicada, en pleno proceso de asentamiento de las instituciones de Serbia y Montenegro, que sustituyó el 4 de febrero a la antigua Yugoslavia. Parte de su territorio, Kosovo, sigue estando bajo administración internacional, y el país no tiene presidente porque ha habido dos elecciones anuladas por falta de quórum. El anterior presidente, Milan Milutinovic, está a disposición del Tribunal de La Haya para los crímenes en la antigua Yugoslavia.

Un policía armado custodia a Ruzica Djindjic, viuda del primer ministro asesinado, a la salida del hospital de Belgrado.

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