Crónica:FÚTBOL | Liga de Campeones

Aburrimiento en el Camp Nou

El Barça certifica su pase a los cuartos de final como campeón de grupo con goles de Saviola y de De Boer ante un débil Bayer

En un partido de tono vital bajo, sin chicha ni nabo, el Barcelona atrapó los cuartos de final de la Liga de Campeones como campeón de grupo, un título honorífico si se quiere, pero que le permitirá presentarse al sorteo como un señor. Aun cuando la contienda admitía apuestas individuales y demandaba un golpe de autoridad azulgrana, pues nadie dudaba del resultado, la noche fue tediosa. El Bayer dimitió pronto. El Barça no puso interés y sus futbolistas ningún entusiasmo. Nació muerto el partido y nadie fue capaz de animarlo una vez que se ratificó la victoria local con una carrerita de Overma...

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En un partido de tono vital bajo, sin chicha ni nabo, el Barcelona atrapó los cuartos de final de la Liga de Campeones como campeón de grupo, un título honorífico si se quiere, pero que le permitirá presentarse al sorteo como un señor. Aun cuando la contienda admitía apuestas individuales y demandaba un golpe de autoridad azulgrana, pues nadie dudaba del resultado, la noche fue tediosa. El Bayer dimitió pronto. El Barça no puso interés y sus futbolistas ningún entusiasmo. Nació muerto el partido y nadie fue capaz de animarlo una vez que se ratificó la victoria local con una carrerita de Overmars, un toque de Saviola y un córner rematado por Frank de Boer.

A tono con una hinchada entre perezosa y distraída, el equipo azulgrana afrontó el encuentro con demasiada desidia, sin tensión competitiva, víctima de un muermo preocupante. La tontería le duró un cuarto de hora y si no pasó a mayores fue porque el árbitro le perdonó un penalti y la expulsión a Andersson y Berbatov marró el remate frente a un Bonano fallón, por alto y por bajo, desconocido desde que Iván Rosado le puso un ojo a la virulé. Ocurre, sin embargo, que el Barcelona no necesita estar metido en el partido para poner el marcador de su parte. Le bastó una carrera de Overmars por la derecha, un toque de Xavi y un remate afortunado de Saviola para ponerse a salvo.

BARCELONA 2 - BAYER LEVERKUSEN 0

Barcelona: Bonano; Gabri, Andersson, De Boer (Oleguer, m. 62), Reiziger; Overmars (Iniesta, m. 68), Xavi, Mendieta, Riquelme; Saviola (Motta, m. 46) y Kluivert.

Bayer Leverkusen: Butt; Ojigwe, Kleine, Cris, Kaluzny, Babic (Dogan, m. 33); Basturk (Schneider, m. 73), Balic, Simac; Berbatov (Brdaric, m. 58) y França.

Goles: 1-0. M. 17. Saviola controla, se gira y empalma por bajo con la diestra tras recibir junto al punto de penalti un centro de Overmars desde la banda derecha.

2-0. M. 49. De Boer cabecea un saque de esquina botado por Xavi desde la izquierda. El balón, tras tocar en un defensa, supera a Butt.

Árbitro: Stéphane Bré (Francia). Amonestó a Overmars, Cris, Kaluzny y Kleine.

Unos 62.000 espectadores en el Camp Nou.

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El gol chafó el entusiasmo alemán. El Bayer es hoy un equipo irreconocible en la clasificación, en la alineación y en el campo. Jugó ayer con un once experimental, sin apenas jugadores relevantes, especialmente frágil, débil de pies y manos, que se venció a la primera contrariedad, aun cuando su despliegue a partir de una defensa de tres centrales le permitió aguantar al Barça con cierta comodidad. Ni con el gol a favor se sacudieron los azulgrana la somnolencia con la que entraron a la cancha. Al Barça le cuesta llevar la iniciativa, elaborar el juego y combatir a cualquier rival parado en su área.

Monótono en el ataque estático, el Barcelona es más solvente cuando puede correr, estirarse a partir de las bandas, golpear a la contra. En estas circunstancias, el protagonista acostumbra a ser Overmars y su capacidad para desbordar, y más ayer, porque Sorín no puede jugar la Liga de Campeones y Antic plantó una alineación sin un solo zurdo, salvo Frank de Boer. Prefirió el entrenador poner inicialmente a Riquelme como falso volante izquierdo, mantener a Mendieta como medio centro defensivo y guardarse a Motta, convaleciente, en el banquillo. Los medios no aguantaron ni para defender ni para atacar y el Barcelona quedó partido una vez más por la mitad y apoyado en una sola pierna, la de Overmars, pues a Kluivert le sacaron del choque con una marca individual. Al plantel de Antic le alcanzó, en cualquier caso, jugar al paso ante un rival que no ha ganado un solo partido y cuya cabeza está en la Bundesliga, donde pelea por evitar el descenso.

El problema azulgrana es que generalmente corre el equipo y no la pelota, parada reiteradamente a pies de Riquelme, más obsesionado en su partido que en el del Barcelona, empeñado en convertir cada jugada en el origen y final del gol, demandando un protagonismo a veces mal entendido. Riquelme le está pidiendo al entrenador que ponga el equipo a su servicio y Antic le ayudó ayer en el segundo acto con la entrada de Motta, que dejó al argentino como enganche, con todos los focos a su merced, y más después de que Overmars quedara reducido por Ojigwe, más veloz que Babic, el cuidador inicial del holandés.

El Barcelona tuvo entonces un perfil más académico, fue un equipo más equilibrado y mantuvo el nivel de efectividad del primer tiempo: marcó a la que remató a portería, en esta ocasión a la salida de un córner botado por Xavi y cabeceado por De Boer. Riquelme se recreó en los pases interiores y le dio una cierta solemnidad a su presencia. Pero el entretenimiento duró poco. Riquelme fue incapaz de cambiar el color del equipo y el partido recuperó la palidez del inicio. Las jugadas fueron muy episódicas, como dicen los italianos, y el fútbol de equipo muy escaso.

No ha tenido tiempo Antic para trabajar tácticamente al grupo y, además, las lesiones de Puyol, Cocu y Luis Enrique le han dejado sin energía o al menos muy bajo de revoluciones. Resuelto el partido, el Bayer se desentendió y el Barça se apagó como una vela, como si su impecable trayectoria en la fase de clasificación (12 victorias y un empate) le eximiera de un esfuerzo suplementario. Falto de tiempo para remontar en la Liga, le sobra un partido de clasificación en la Liga de Campeones, el próximo en Newcastle, para jugarse la temporada a cara o cruz, posiblemente contra un rival español.

Andersson y Reiziger felicitan a Saviola tras su gol.VICENS GIMÉNEZ

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