Crítica:JUEGOS

Alcaldía virtual

¿Dónde está la línea que separa un videojuego de una herramienta educativa? Simcity llega a su cuarta edición en un estado de evolución que podría usarse en las escuelas para explicar cómo se diseña una ciudad, cómo funcionan los servicios básicos o qué se debería hacer para mejorar la convivencia. De la misma forma, a algún aspirante a alcalde más le valdría pasar unas cuantas horas con este... ¿juego?, antes de aplicar sus ideas en la vida real.

La saga Simcity siempre ha tenido el mismo objetivo, crear y gestionar una ciudad donde sus habitantes vivan a gusto. La cuarta entrega añade...

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¿Dónde está la línea que separa un videojuego de una herramienta educativa? Simcity llega a su cuarta edición en un estado de evolución que podría usarse en las escuelas para explicar cómo se diseña una ciudad, cómo funcionan los servicios básicos o qué se debería hacer para mejorar la convivencia. De la misma forma, a algún aspirante a alcalde más le valdría pasar unas cuantas horas con este... ¿juego?, antes de aplicar sus ideas en la vida real.

La saga Simcity siempre ha tenido el mismo objetivo, crear y gestionar una ciudad donde sus habitantes vivan a gusto. La cuarta entrega añade varias novedades, entre las que destacan la excelente aplicación de los gráficos tridimensionales y la posibilidad de incluir habitantes importados del videojuego Los Sims, para conocer de primera mano los problemas de la misma. Otra mejora es la posibilidad de gestionar una región completa con varias ciudades. De esta forma se puede hacer una planificación global, agrupando la industria en unas zonas, el comercio y el turismo en otras y las zonas residenciales en lugares apartados.

'Simcity 4'

Desarrolla: Maxis

Distribuye: Electronic Arts

Plataforma: Windows

Género: Estrategia

Recomendado: Todos los públicos

Precio: 50 euros

Más información

De la misma forma en que se posibilita esta opción de macrogestión el título obliga a tener más en cuenta la microgestión. Ahora es muy importante tener en cuenta la demografía para ajustar el gasto municipal y desarrollar una ciudad próspera. Se puede construir una central eléctrica en una pequeña ciudad en previsión de que en el futuro pueda abastecer a nuevos vecinos; sin embargo, al principio será necesario bajarle el presupuesto para que no produzca más de lo necesario y no se generen pérdidas en las arcas municipales. Lo mismo sucede con los servicios de higiene, sanitarios o transporte.

Las zonas de la ciudad cobran más importancia y no basta con poner una comisaría más grande para combatir la delincuencia, sino que deberán estar coherentemente repartidas para poder hacer frente al indeseable crimen. Si se desea una población rica a la que se pueda gravar con impuestos más elevados, el trabajo empieza desde el principio, ofreciendo servicios educativos de alto nivel para que los Sims, los habitantes, tengan mejores conocimientos, opten a mejores empleos y por lo tanto accedan a viviendas más caras. Es la vida misma.

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