Iñurrategi suelta el nudo

Han transcurrido más de dos años y medio desde que la sociedad Iñurrategi se rompió. Un accidente en las laderas del Gasherbrum II, bajando después de conquistar la cima, acabó con la vida de Félix, el hermano mayor. La del menor también cambió drásticamente.

Pese a todo, Alberto Iñurrategi, de 34 años, salió adelante. Volvió al Himalaya, su particular oficina de trabajo, y cumplió la cuenta pendiente que tenía con su carrera ochomilista. Hace un año zanjó la lista de las 14 montañas más altas del planeta. Se ha quitado ese peso de encima. El montañero de Aretxabaleta ha ofrecido...

Han transcurrido más de dos años y medio desde que la sociedad Iñurrategi se rompió. Un accidente en las laderas del Gasherbrum II, bajando después de conquistar la cima, acabó con la vida de Félix, el hermano mayor. La del menor también cambió drásticamente.

Pese a todo, Alberto Iñurrategi, de 34 años, salió adelante. Volvió al Himalaya, su particular oficina de trabajo, y cumplió la cuenta pendiente que tenía con su carrera ochomilista. Hace un año zanjó la lista de las 14 montañas más altas del planeta. Se ha quitado ese peso de encima. El montañero de Aretxabaleta ha ofrecido conferencias, ha escrito un libro y ha hablado mucho sobre él y sobre su hermano, y sobre la extinta sociedad. Pero le quedaba algo, una espina. "Un nudo", lo llama él. Quería elaborar algo especial, un documento a modo de homenaje, muy personal y casi íntimo.

El resultado de ese homenaje se titula Hire Himalaya. Lo estrenó el pasado mes de diciembre en el Museo Guggenheim de Bilbao y ahora lo paseará durante meses por el País Vasco, Cantabria, Madrid, Barcelona, Zaragoza... Se trata de un documental, elaborado con la colaboración del escritor Koldo Izagirre, que repasa su trayectoria deportiva, la de los dos, pero sobre todo se detiene en reflexiones más profundas.

Penúltimo escalón

Para empezar, el título ya ofrece una pista. Hire Himalaya significa Tu Himalaya. Obviamente, se refiere a Félix. Es un guiño, un diálogo entre hermanos, una manera de decir que lo que él ha conseguido también lo logró Félix, aunque él se quedara en el penúltimo escalón. El hermano mayor subió a 12 de los 14. "Es el mejor documental que he visto en muchos tiempos", asegura su amigo y montañero Juanjo San Sebastián.

"Se reflejan pensamientos que tienen como origen la mala suerte de Félix bajando el G-II", explica Alberto, "y las experiencias vividas tras la tragedia, que me marcó profundamente". No sólo en el plano personal porque, si bien es verdad que todos los escaladores con los 14 ochomiles han dejado algún compañero y amigo en la montaña, su caso es especial, tal vez único. Ellos eran hermanos, inseparables y se compenetraban hasta tal punto que todas las ascensiones las realizaron juntos, como siameses. También en el plano deportivo Alberto se vio afectado. "Pensé que no volvería nunca al Himalaya", admite el menor de los Iñurrategi. "Esta situación tan confusa es normal en estos casos", aclara el propio Alberto, que finalmente superó esa contradicción y pensó: "Esto es lo que sé hacer y lo que da sentido a mi vida".

Él ha vuelto varias veces al Himalaya, y aun así ya nada es lo mismo. El recuerdo de Félix está siempre presente, y el accidente pesa mucho. "Surgen miedos, dudas incertidumbres. Tienes más temor a la muerte", se sincera. "Hoy veo el riesgo allí donde antes no lo veía". Ahora es más precavido, dice, aunque nunca dejó de serlo. Siempre que vuelve a Asia, Alberto siente una punzada. Por eso este documental le ayuda a "ir soltando ese nudo" que tenía dentro, aunque seguramente el nudo y él deberán seguir conviviendo durante un largo tiempo.