Medalla para un héroe de hace 62 años

Yulia Danílova, hija de Vasili Danílov, un soldado ruso muerto a principios de la II Guerra Mundial, recibió ayer, 62 años después, la Orden de Lenin concedida a su padre por el heroísmo mostrado en una batalla de esa contienda, cuando en los primeros días de la invasión de la Unión Soviética por las tropas nazis el Ejército Rojo intentaba frenar el rápido avance de las fuerzas invasoras. Yuri Visloguzov, vicegobernador de la región rusa de Barnaul (sur de Siberia), fue el encargado de reparar seis décadas de olvido al entregar la condecoración a los descendientes del brav...

Yulia Danílova, hija de Vasili Danílov, un soldado ruso muerto a principios de la II Guerra Mundial, recibió ayer, 62 años después, la Orden de Lenin concedida a su padre por el heroísmo mostrado en una batalla de esa contienda, cuando en los primeros días de la invasión de la Unión Soviética por las tropas nazis el Ejército Rojo intentaba frenar el rápido avance de las fuerzas invasoras. Yuri Visloguzov, vicegobernador de la región rusa de Barnaul (sur de Siberia), fue el encargado de reparar seis décadas de olvido al entregar la condecoración a los descendientes del bravo soldado. Según informó la agencia Itar-Tass, Danílov fue enviado al frente el 30 de junio de 1941, tres días después de que las tropas nazis invadieron el territorio de la URSS, y poco después murió en combate tras mostrar un comportamiento heroico. Su hazaña le mereció a título póstumo la Orden de Lenin, máxima condecoración en tiempos soviéticos, pero sus familiares nunca la recibieron y entonces simplemente se les notificó la concesión de la condecoración.Tras superar una maratón burocrática de varios años, la prensa local y varias organizaciones sociales lograron que la medalla llegara por fin a los familiares del héroe bélico y reparar así, al menos, una deuda moral con los familiares de alguien que murió por la patria. Los parientes de Danílov entregaron la medalla al museo regional dedicado a honrar a los paisanos que se distinguieron durante los duros años de la Gran Guerra Patriótica, como llaman los rusos a la II Guerra Mundial, en los que el régimen soviético cambió el mensaje comunista por el nacionalista y fomentó los sentimientos patrióticos rusos, como ponen de manifiesto las películas bélico-épicas de la época, tales como Alexander Newsky, Iván el Terrible o La conjura de los boyardos, dirigidas por el inmortal director Einsenstein.