El bebé arrojado por su madre a un contenedor murió asfixiado

Los forenses que practicaron la autopsia al cadáver del bebé que en febrero de 2002 fue arrojado por su madre a un contenedor de basuras afirmaron ayer ante el jurado popular que enjuicia los hechos que el niño era maduro fisiológicamente, nació vivo, respiró, agonizó al morir y falleció por asfixia.

Durante la cuarta sesión de la vista oral que se celebra en la Sección Decimoquinta de la Audiencia Provincial de Madrid, los médicos aseguraron que el recién nacido, un varón que pesó 3,5 kilogramos, era un feto de desarrollo completo, de aproximadamente 40 semanas de gestación, de modo qu...

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Los forenses que practicaron la autopsia al cadáver del bebé que en febrero de 2002 fue arrojado por su madre a un contenedor de basuras afirmaron ayer ante el jurado popular que enjuicia los hechos que el niño era maduro fisiológicamente, nació vivo, respiró, agonizó al morir y falleció por asfixia.

Durante la cuarta sesión de la vista oral que se celebra en la Sección Decimoquinta de la Audiencia Provincial de Madrid, los médicos aseguraron que el recién nacido, un varón que pesó 3,5 kilogramos, era un feto de desarrollo completo, de aproximadamente 40 semanas de gestación, de modo que descartaron que se tratase de un aborto. Asimismo, señalaron que el bebé nació vivo y llegó a respirar, puesto que tenía aire en los pulmones y en el tubo digestivo, y que posteriormente, en el interior de la bolsa de plástico en la que supuestamente le introdujo su madre, dejó de inhalar oxígeno hasta que falleció.

En este sentido, los peritos aseveraron ante la sala que el bebé sufrió y agonizó al morir, a tenor de los restos de meconio hallados en la bolsa y en el cuerpo del recién nacido. Según explicaron, el meconio son heces que el feto expulsa al nacer y que en ocasiones puede indicar estrés o sufrimiento fetal.

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