Rusia confirma que los 118 marineros del 'Kursk' están muertos
Los buzos noruegos logran abrir el submarino
Con el hundimiento del submarino, uno de los más modernos de la flota, se
ha ido a pique también gran parte del orgullo residual de Rusia. Los
submarinistas de Noruega, protagonistas indiscutibles de la operación de
rescate, descubrieron en la madrugada de ayer que el sumergible se hallaba
inundado. Al abrir la escotilla de emergencia de popa, los buzos entraron
en el compartimento número 9, en el que se confiaba que aún quedaran restos
de aire y, tal vez, algún superviviente. Una cámara de televisión submarina
mostró lo que parecían varios cuer...
Con el hundimiento del submarino, uno de los más modernos de la flota, se
ha ido a pique también gran parte del orgullo residual de Rusia. Los
submarinistas de Noruega, protagonistas indiscutibles de la operación de
rescate, descubrieron en la madrugada de ayer que el sumergible se hallaba
inundado. Al abrir la escotilla de emergencia de popa, los buzos entraron
en el compartimento número 9, en el que se confiaba que aún quedaran restos
de aire y, tal vez, algún superviviente. Una cámara de televisión submarina
mostró lo que parecían varios cuerpos humanos. El Kursk se mostraba a
través de los monitores como una fosa común submarina de cuerpos
aplastados, hechos pedazos, hinchados y, en muchos casos, irreconocibles.
Todos debieron morir en la mañana del mismo día 12, cuando se produjo el
accidente. Los equipos noruegos y británicos que han acudido al mar de
Barents en auxilio de la Marina rusa han anunciado que no participarán en
las tareas de recuperación de los cadáveres y se planteaban ayer emprender
rumbo de vuelta a casa. El ministro de Defensa ruso, Ígor Serguéyev, salió
ayer en defensa del presidente Vladímir Putin, quien, según dijo, no fue
informado del siniestro del Kursk hasta el día siguiente de haberse
producido. Serguéyev volvió a culpar a un submarino extranjero de la
tragedia.