Reportaje:

Elogio de la política desde la veteranía

Felipe González y Jordi Pujol reflexionan sobre el servicio a la sociedad e invitan a los jóvenes a involucrarse en lo público

Felipe González y Jordi Pujol -un jubilado "jubiloso" y un "telonero" a punto de dejar la política activa- hicieron ayer un elogio de la política en el debate que mantuvieron en la escuela de negocios Esade, en Barcelona, en torno al tema Grandeza y miserias de la política. Ambos animaron a los jóvenes a embarcarse en un "oficio noble", "duro" y que exige una gran dosis de idealismo y buena fe. A cambio, según el que fuera presidente de Gobierno español durante 14 años, "a lo más que puede aspirar el político es al reconocimiento, no al agradecimiento".

"No creo que exista una ét...

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Felipe González y Jordi Pujol -un jubilado "jubiloso" y un "telonero" a punto de dejar la política activa- hicieron ayer un elogio de la política en el debate que mantuvieron en la escuela de negocios Esade, en Barcelona, en torno al tema Grandeza y miserias de la política. Ambos animaron a los jóvenes a embarcarse en un "oficio noble", "duro" y que exige una gran dosis de idealismo y buena fe. A cambio, según el que fuera presidente de Gobierno español durante 14 años, "a lo más que puede aspirar el político es al reconocimiento, no al agradecimiento".

"No creo que exista una ética del absoluto, ni yo ni Trillo, que cree que hay que hacer caso al Papa en lo del divorcio pero no en lo de la guerra", añadió González. "En política, el problema no es que haya una cierta dosis de juego sucio, sino que se practique la destrucción del adversario, que degrada a quien la practica". Y ya dirigiéndose directamente a los jóvenes sentenció: "Es mucho más fácil dedicar una parte de la vida a salvar las ballenas de la extinción que a la complejidad de la política".

"Es más fácil dedicarse a salvar las ballenas que a la complejidad de la política"

Sobre la subordinación de la política a la economía ofreció un ejemplo esclarecedor: "La democracia y el mercado son una curiosa pareja de hecho; la democracia no puede vivir sin mercado libre, pero el mercado, cuando le conviene, le pone los cuernos a la democracia con cualquier dictadura, como con Pinochet o Franco".

Pujol, por su parte -que sustituía en el debate a otro ilustre jubilado, Helmut Kohl- pese a que advirtió que aún se encontraba en activo, no tuvo reparo en sumarse a esta reflexión sobre el oficio de la política desde la experiencia de 23 años en el poder. El presidente de la Generalitat reivindicó el protagonismo de la sociedad civil que, dijo, él ya había reclamado a principios de los ochenta. Aunque matizó: "Antes, había una ilusión colectiva, pero ahora, 23 años después, les puedo decir que quienes vienen a verme ya no me hablan de los problemas de la sociedad, me preguntan directamente ¿qué hay de lo mío?. Esto hace más necesaria que nunca la acción política. La gente no tiene más remedio que ocuparse de lo suyo, por definición, y nosotros los políticos, también por definición, tenemos que ocuparnos del bien común".

"Si quieren ustedes ser simpáticos, ocúpense de las ballenas", ironizó Pujol, "pero a los jóvenes hay que decirles que la política tiene sentido, que es un oficio noble, que puede degradarse, que tiene mucha dureza y tiene compensaciones, por que nadie nos debe compadecer. Pero sin una dosis de idealismo no hay política eficaz. Sin idealismo esto no se aguanta, ni la tentación de la corrupción ni la dureza del oficio".

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Felipe González y Jordi Pujol, ayer en Barcelona.MARCEL.LÍ SÁEZ

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