Crónica:La jornada de Liga | FÚTBOL

La Real se resiste a caer en Mestalla

El equipo de Denoueix remonta dos goles, uno de ellos un tanto en propia meta de Aranzabal, y empata ante el Valencia

La Real, orgullosa, se resistió a caer ayer en Mestalla. Llevaba ocho meses sin perder y no quería que ayer terminara la historia. Todo se le puso para que así fuera. Un primer y precioso gol en contra de Fabio Aurelio, uno de esos tantos chistosos en propia puerta que hunden a cualquiera... e incluso la fortuna, que le había dado la espalda al Valencia en las últimas citas, y que ayer parecía ponerse de su parte. Sin embargo, la Real Sociedad buscó el empate desesperadamente y no paró hasta conseguirlo. E incluso cabe aventurarse que, de haber sido más ambiciosa, podría haber apuntillado a un...

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La Real, orgullosa, se resistió a caer ayer en Mestalla. Llevaba ocho meses sin perder y no quería que ayer terminara la historia. Todo se le puso para que así fuera. Un primer y precioso gol en contra de Fabio Aurelio, uno de esos tantos chistosos en propia puerta que hunden a cualquiera... e incluso la fortuna, que le había dado la espalda al Valencia en las últimas citas, y que ayer parecía ponerse de su parte. Sin embargo, la Real Sociedad buscó el empate desesperadamente y no paró hasta conseguirlo. E incluso cabe aventurarse que, de haber sido más ambiciosa, podría haber apuntillado a un Valencia que fue desfondándose de manera alarmante. El equipo de Benítez sólo ofreció 18 minutos aceptables. Hasta que marcó su primer gol. Entonces se escabulló. Pecó de rácano y acabó pagándolo. No atacó por no desgastarse, se guardó sus fuerzas y cuando quiso reaccionar, ya no sabía cómo. Lo que ya empieza a ser preocupante para un equipo que ha caído en picado desde que se ha tenido que enfrentar a todos los grandes: perdió ante el Deportivo, sucumbió en el Bernabéu y sólo rascó ayer un empate ante la Real.

VALENCIA 2 - REAL SOCIEDAD 2

Valencia: Palop; Curro Torres (Garrido, m. 44), Ayala, Pellegrino, Carboni; Rufete (Sánchez, m. 85), Marchena, Baraja, Fabio Aurelio; Mista (Vicente, m. 77) y Carew.

Real Sociedad: Westerveld; López Recarte, Kvarme, Schürrer (Tayfun, m. 90), Aranzabal; Karpin, Boris (De Paula, m. 73), Jauregi, Gabilondo (Barkero, m. 58); Nihat; y Kovacevic.

Árbitro: Rubinos Pérez. Amonestó a Marchena, Gabilondo, Jauregi, Ayala, Nihat, Mista, Vicente,

Goles: 1-0. M. 18. Pared por la banda derecha entre Rufete y Curro Torres. Éste centra con el exterior del pie y Fabio Aurelio cabecea desde lejos a gol.

2-0. M. 60. Aranzabal pasa el balón hacia su portero, pero éste no llega y el balón se cuela mansamente en la meta realista.

2-1. M. 68. Nihat envía en profundidad a Kovacevic, éste se para el balón, supera a Pellegrino y su remate de primeras con la izquierda sorprende a Palop, que ve cómo el balón se le cuela entre las piernas.

2-2. M. 79. Schürrer abre a la derecha a Nihat, que dispara cruzado y marca.

Unos 48.000 espectadores en el estadio de Mestalla.

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El conjunto vasco, sin embargo, se daba con un canto en los dientes con el empate. De ahí que empezara dispuesto a defenderse como fuera. Sin ningún pudor. Con el balón al tejado a las primeras de cambio. Denoueix temía muchísimo al Valencia y éste le dio motivos tan pronto como Rufete y Curro Torres pudieron pintar una pared por el extremo derecho. El distinguido centro de Curro Torres con el exterior del pie resultó un caramelo que Fabio Aurelio cabeceó a gol desde casi la línea del área grande.

No se le conocía ninguna habilidad cabeceadora al brasileño, que se ha convertido en uno de los futbolistas más desconcertantes del Valencia. Tan pronto vaga como un fantasma que no da pie con bola en el Bernabéu, a pesar de que su centro propició el gol de Ayala, como se saca un zurdazo o un cabezazo por los que ya suma tres goles en la presente Liga.

Eso sí, con el gol en contra, la Real reivindicó su condición de líder y de conjunto invicto hasta la fecha. Se sintió herido y atacó y contraatacó con fuerza, flexibilidad y recursos. Se ganó el centro del campo, y desde allí bien Karpin bien Nihat buscaron las cosquillas valencianistas. Pero le faltó remate en el primer periodo. Sobre todo porque el fortachón Kovasevic se topó casi siempre con un potentísimo Ayala, que lo paró por las buenas y por las malas. Era uno de esos duelos en los que tanto disfruta el zaguero argentino, una de esas refriegas en las que defensa y delantero se pegan de lo lindo y acaban el partido exhaustos y magullados. Algo parecido a lo que ocurrió con Nihat y Carboni, que intercambiaron de todo menos buenas intenciones. Al final, los dos delanteros acabaron vencedores, con sendos goles en sus alforjas.

A la que la Real entró de lleno en harina, el partido adquirió un ritmo frenético del que salió malparado Curro Torres, que se marchó del campo aullando de dolor en una de sus rodillas. El Valencia se desentendió de su centro del campo y quiso vivir de la superioridad física de Carew, que confirmó una vez más lo mejor y lo peor de sí mismo. Se iba de los defensas con cierta facilidad, sí, pero después carecía de claridad para elegir la opción más conveniente. Justo lo contrario de lo que le sucedió a Kovasevic, que convirtió en oro la primera oportunidad que se le presentó.

El juego se ensució tras el descanso. La Real apretaba pero el Valencia resistía con firmeza. Así hasta que llegó uno de los goles más tontos del campeonato, de esos que se repiten decenas de veces por televisión. Acosado por Rufete y por Carew, Aranzabal se dio la vuelta hacia su portería, pasó el balón atrás sin mirar y sin advertir que su portero estaba fuera del marco, en una esquina. Westerveld corrió a por el balón, pero llegó tarde y el cuero penetró suave por el centro del arco realista.

Sentenciado parecía el encuentro. Y lo hubiera estado de no ser que allí estaba la Real, un equipo que se resistía a perder su primer partido en ocho meses invicto. Los dos jugadores que han fabricado la mayoría de los goles realistas en lo que va de curso volvieron a ponerse en contacto para darle la vuelta al partido: primero Kovasevic y después Nihat, en dos disparos llenos de fe .

El Valencia, que había desaparecido completamente, confiado en vivir de las rentas, se vio con el agua al cuello. Sin capacidad para reaccionar más allá de darle la vez a Carew, que se inventó un gol que sacó de su enorme fuerza y que el árbitro anuló al entender que había empujado al defensa Kvarme. En realidad se empujaron mutuamente, pero en estos casos los árbitros sienten debilidad por defender a los zagueros.

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