Trenes con destino Irlanda e Inglaterra

CAF, con una cartera ligada en un 63% al mercado exterior, busca la alta velocidad

Esta semana, Construcciones y Auxiliar de Ferrocarril (CAF) ha puesto otro pie en las islas del canal de La Mancha. El Reino Unido e Irlanda suman ya 303 millones de euros en pedidos de trenes entre 1998 y 2003. El desembarco en este mercado es sólo un paso más de la política de la firma ferroviaria vasca, que, inmersa en el desarrollo de la alta velocidad, se ha convertido en un competidor en los mercados internacionales más difíciles.

Si hay una empresa vasca que apuesta por un mercado global ésa es CAF. Su cartera de pedidos asciende a 1.400 millones de euros, un 16% más que en el mi...

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Esta semana, Construcciones y Auxiliar de Ferrocarril (CAF) ha puesto otro pie en las islas del canal de La Mancha. El Reino Unido e Irlanda suman ya 303 millones de euros en pedidos de trenes entre 1998 y 2003. El desembarco en este mercado es sólo un paso más de la política de la firma ferroviaria vasca, que, inmersa en el desarrollo de la alta velocidad, se ha convertido en un competidor en los mercados internacionales más difíciles.

La cartera de pedidos de CAF asciende a 1.400 millones de euros, un 16% más que en el mismo periodo del pasado año

Si hay una empresa vasca que apuesta por un mercado global ésa es CAF. Su cartera de pedidos asciende a 1.400 millones de euros, un 16% más que en el mismo periodo del pasado año. La dependencia de los mercados exteriores es evidente, ya que un 63% de esta cartera proviene de fuera de España. Actualmente trabajan en 17 pedidos. CAF cuenta con centros de producción en Beasain, Zaragoza, Irún y en Elmira (EE UU). En España tiene centros de mantenimiento en Bilbao, Vigo, Barcelona y Sevilla. En el extranjero cuenta con plantas de mantenimiento y montaje en Maryland y California (en EE UU), y de mantenimiento en México, en São Paulo (en Brasil), en Buenos Aires (Argentina), en Lisboa (Portugal) y en Londres (Reino Unido).

Su estrategia pasa, según fuentes de la empresa, por potenciar la ingeniería para desarrollar un producto propio. Su mercado no se cierra ni a los trenes de cercanías ni a la alta velocidad, donde están desarrollando su propia tecnología. Actualmente hay trenes de CAF en México, Hungría, Argentina, Brasil, Finlandia, Holanda, Portugal, Reino Unido, Irlanda, Hong Kong, EE UU y España.

Así, en este afán por la innovación quiere incrementar en dos años un 30% su departamento de ingeniería hasta contar con una plantilla en este departamento de 400 personas. El gran desafío es la alta velocidad. Actualmente cuenta con tren el Brava, que le permite alcanzar los 250 kilómetros por hora y cambiar de forma automática de ancho de vía.

Este producto esperan les dé un amplio campo de desarrollo ya que puede circular a velocidad alta por la vías del AVE y cambiar al ancho tradicional español. Aunque éste es el producto por el momento más veloz, están inmersos en su proceso de desarrollo de la alta velocidad. El Centro Tecnológico del Ferrocarril en Beasain concentra los trabajos en esta actividad. Actualmente trabajan de la mano de Alshtom y Siemens en pedidos de alta velocidad para Renfe para realizar la parte mecánica de 16 trenes AVE, unos 99 millones de euros.

67 vagones de pasajeros

Siguiendo esta tendencia que se puso en marcha en noviembre del pasado año, de la mano del Centro de Estudios e Investigaciones Científicas de Guipúzcoa, un laboratorio especializado en mejorar las prestaciones del ferrocarril y lograr trenes más ligeros, rápidos y seguros. El taller, que tiene una plantilla de tres investigadores y nueve estudiantes de Ingeniería Industrial, analiza principalmente aspectos relacionados con la comodidad y la seguridad de los vagones de tren, aunque también aborda proyectos para reducir la emisión de ruidos en el interior de las cabinas de pasajeros o la amortiguación, entre otros. Para hacer frente al desafío de alta velocidad, un campo en el que CAF lleva ya más de un año en el mercado, se ha alcanzado un acuerdo con la Escuela de Ingenieros de San Sebastián para formar profesionales especializados en este campo. Estos proyectos se coordinan desde el Centro Tecnológico del Ferrocarril.

El contrato logrado la pasada semana con Irish Rail supone 117 millones de euros para suministrar 67 vagones de pasajeros para cubrir el servicio entre Dublín y Cork. Estos coches tienen capacidad para marchar a 200 kilómetros por hora. Estos vehículos, como los 23 trenes logrados anteriormente en este país, son diésel. En todo caso, las ofertas de la empresa con sede en Beasain (Guipúzcoa) no se reducen a este combustible, también incluyen trenes eléctricos.

CAF, que cuenta con una plantilla de 3.500 personas, de los que cerca de 500 están en el extranjero, está en estos momentos a la espera de la adjudicación de un concurso para el metro de Barcelona de 88 trenes. Asimismo tiene presentadas dos ofertas para Renfe, una por 44 locomotoras de ancho variable y otra para 80 unidades de trenes de cercanías.

Pese a tener el mercado internacional más abierto que nunca, la firma ferroviaria ha visto como sus resultados este año no han marchado al mismo ritmo que la cartera de pedidos. CAF obtuvo un beneficio neto de 6,42 millones de euros durante los nueve primeros meses del año, lo que supone un descenso del 5,9% respecto al mismo periodo de 2001. La facturación del fabricante ferroviario vasco cayó también un 10,93%, hasta sumar 244,42 millones de euros al cierre del pasado mes de septiembre.

Contrato en México

Entre los últimos contratos de CAF, además de los logrados en las islas del canal, destacan el firmado junto a Bombardier para el metro de México, tras haber impugnado un concurso de 1997, y que supone 184 millones de euros. Además se ha ampliado la actividad en la planta que tiene en Nueva York y se ha firmado un contrato para el metro de Salvador de Bahía (Brasil), por 190 millones de euros.

El plato fuerte de la temporada es el del metro de México DF (Sistema de Transporte Colectivo). Pese a presentar la oferta más económica, se escapó en 1997. Entonces se recurrió a los tribunales y se paró el concurso que había adjudicado el contrato al consorcio formado por Alstom y Bombardier.

CAF tiene entre sus accionistas a la BBK con un 21,74% del capital, la Kutxa tiene el 15,17% y la Vital el 5%. Cartera Social, SA, que agrupa a los trabajadores, es el segundo accionista.

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