Desembarca en Barcelona la respuesta china al Cirque du Soleil
Se presentan a sí mismos como la respuesta china al Cirque du Soleil. Aunque a renglón seguido añaden con orgullo que el último espectáculo del famoso circo está claramente influenciado por la tradición oriental. Son los componentes de la numerosa compañía del Gran Circo Nacional Chino, que entre el 3 de diciembre y el 12 de enero presentará en Barcelona, junto a La Maquinista, su último espectáculo, ZENsation. En él se aúnan la espiritualidad y el riesgo de las artes marciales, junto con sofisticados ejercicios acrobáticos. Son números acunados por una historia de 2.000 años aunque pas...
Se presentan a sí mismos como la respuesta china al Cirque du Soleil. Aunque a renglón seguido añaden con orgullo que el último espectáculo del famoso circo está claramente influenciado por la tradición oriental. Son los componentes de la numerosa compañía del Gran Circo Nacional Chino, que entre el 3 de diciembre y el 12 de enero presentará en Barcelona, junto a La Maquinista, su último espectáculo, ZENsation. En él se aúnan la espiritualidad y el riesgo de las artes marciales, junto con sofisticados ejercicios acrobáticos. Son números acunados por una historia de 2.000 años aunque pasados por un cierto tamiz de modernidad e interpretados por 60 artistas procedentes de la escuela de Shandong, una de las elegidas por el Gobierno chino para viajar por el mundo con la etiqueta del circo nacional.
La laureada película Tigre y dragón es un claro referente en la nueva propuesta del circo, que entre finales de 2000 y principios de 2001 visitó Barcelona con Asiana. Números de kung-fu, taichi y boxeo, ejecutados con una mezcla de poesía y acción, vertebran varios de los pasajes de este espectáculo. Como el de los monjes luchadores, el combate en la práctica zen o las demostraciones de kung-fu ofrecidas por una maestra en esta disciplina. Se llama Cheng Xiaodan y ha ganado varios premios nacionales en su especialidad.
La magia y la poesía que este circo creado en 1959 promete a sus espectadores radica en ejercicios como el de 16 mujeres acróbatas montadas simultáneamente en una misma bicicleta, aquel en el que un grupo de artistas vuela por los aires a ritmo de timbales o ese en el que se utilizan sillas para construir una escalera camino al cielo.