Cartas al director

La escopeta nacional

Escopeta nacional española y escopeta nacional gallega. La española, la del ministro Álvarez Cascos, que, frustrado por no poder cazar osos pardos en su patria, gasta buena parte de sus ahorros, tan trabajosamente acumulados, en cepillarse un pobre oso rumano. Mata así -y nunca mejor dicho- dos pájaros de un tiro y nos da un impagable ejemplo de sensibilidad ecológica y social. Ecológica, porque el oso pardo es una joya de la fauna europea y, junto con el lince, la especie más emblemática de las que en Iberia están en gravísimo peligro de extinción. Social, porque invirtiendo una porrada de eu...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Escopeta nacional española y escopeta nacional gallega. La española, la del ministro Álvarez Cascos, que, frustrado por no poder cazar osos pardos en su patria, gasta buena parte de sus ahorros, tan trabajosamente acumulados, en cepillarse un pobre oso rumano. Mata así -y nunca mejor dicho- dos pájaros de un tiro y nos da un impagable ejemplo de sensibilidad ecológica y social. Ecológica, porque el oso pardo es una joya de la fauna europea y, junto con el lince, la especie más emblemática de las que en Iberia están en gravísimo peligro de extinción. Social, porque invirtiendo una porrada de euros en tal aventura cinegética demuestra, por si no bastaba con el astronómico precio de las viviendas, que España no sólo va bien, sino que se sale.

La escopeta nacional gallega es, ¿cuál si no?, la de don Manuel Fraga Iribarne, que cuando Galicía entera (país del que no casualmente es presidente) y medio mundo estábamos acongojaditos con la catástrofe ecológica del Prestige, se larga a cazar perdices a Aranjuez, aunque, eso sí, aprovechó la coyuntura para hablar con un empresario experto en hidrocarburos.

No sé si Berlanga previó que su esperpéntico retrato del tardofranquismo en La escopeta nacional pudiera estar de tanta actualidad a estas alturas de la democracia, y ya en el siglo XXI.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Y por otra parte, qué poco me tranquiliza estar gobernado por gente con tanta afición a apretar el gatillo.-

Archivado En